Y no hay más cera que la que arde.

No va esto sobre orígenes históricos de frases o expresiones, más que nada porque no parece que «no hay más cera que la que arde» lo tenga, va sobre Ucrania la cosa, original lo sé, podría haber llamado esto «el pez grande se come al chico», al final es lo mismo, si para el sexo no me suelo andar con preámbulos para esto tampoco así que al lío.

Ni derecho internacional ni potorros, el derecho internacional sirve para lo que sirve, para ser aplicado cuando se cumplen dos premisas, una, que interese a eso que se llama «comunidad internacional» que no sé a qué se refiere exactamente y dos, que pueda ser aplicado, todo este asunto de Ucrania no es sino otra muestra más de las incoherencias de esa llamada «comunidad internacional», de los actores presentes y sí, de que las cosas son como son, como lo han sido toda la vida y que cambiarlas resulta imposible.

Cuando me hablan de militarismo, de pacifismos y demás siempre entiendo que el debate se plantea mal, realmente la inmensa mayoría de la gente es pacifista, está en contra de la guerra y de las armas, en un mundo ideal no debiera de haber ejércitos, ni siquiera policía, pero es que vamos a desengañarnos de una vez por todas, el mundo no es ideal. Es como es, esto es un poco como aquello del dilema del prisionero, o todos o ninguno.

Rusia se ha pasado por el forro de sus santos cojones la legalidad internacional y ha hecho un paripé para anexionarse Crimea, pero ojo, paripé que si lo pensamos bien es mucho más legal que el derrocamiento de Yanukóvich en la propia Ucrania, que muy democrática no fue, evidentemente ambas situaciones ocurren por la fuerza, porque si a Moscú le moviera el deseo de hacer cumplir la voluntad popular lo hubiera hecho también con la de la República de Tartaristán, que abrumadoramente votó tras la disolución definitiva de la Unión Soviética por su independencia.

Paripés, al final Ucrania se va a quedar sin Crimea, con suerte, digo con suerte porque a nada que Putin achuche se queda sin toda la parte oriental y sur del país, porque Rusia tiene un ejército de la polla y Ucrania tiene un ejército donde la mitad de sus soldados son de origen ruso y a la mínima se cambian de bando como ha pasado en Crimea.

En aquella bonita entrada del engaño de la independencia catalana el debate se centró sobre el reconocimiento o no de esa «comunidad internacional», ¿véis como yo tenía razón?, no vale de nada, importa el hecho, importa ser o no ser, no que digan que eres o no eres, Somalia es ejemplo claro, pero hay muchos más tanto para un lado como para otro.

Palestina es reconocida por muchos países, de facto no es independiente porque Israel hace y deshace, entra y sale cuando les sale de los huevos, ¿por qué?, porque puede y la «comunidad internacional» deja hacer, con Kosovo o Kuwait no, a estos les ayudaron a, unos independizarse y a los otros a salir de una invasión, pero porque era factible militarmente, evidentemente ninguna situación es del todo comparable, pero sí parecidas, ya me dirás tú por qué Estados Unidos y demás fueron a Kuwait a echar a los iraquíes y no van a Crimea para echar a los rusos, pues porque los iraquíes eran una banda y Rusia da miedo.

Así que les sancionan diplomática y económicamente, y Putin acojonado, eso es como si a Hannibal Lecter tras pillarle comiéndose a su vecina le castigan sin ver la tele dos horas, «uy que miedo, no lo volveré a hacer». Podemos discutir hasta la extenuación de la situación de Crimea, de su historia, si era rusa, si es justo, si es democrático, no te canses, es discutir por discutir, al final como siempre y como pasa desde que el hombre es hombre no importa tener o no razón, sino tenerla más grande.

Clásico para la posdata, Blind Guardian y «Time What Is Time»