Mi lado femenino tomó el control.

Soy el lado femenino de Dessjuest, todos los hombres tienen alguno, qué hombre no ha hecho alguna vez cosas habituales de mujeres como hacer más de dos maniobras para aparcar el coche o bajar la tapa del váter cuando acabas de mear. Normalmente es difícil asomar la cabeza de entre la cantidad de cosas que pueblan la cabeza de este señor, pero a veces no puedo resistirme.

Ojo con el notas, dice que de joven le compra un regalo a la novia, según él algo «para que esté más guapa», y tras tenerla varios días en vilo pensando en qué será, si una cadenita, una pulsera, un anillo con un pedruscazo va y le suelta una depiladora. Pilla ella, a quien no conozco pues por entonces aun no tenía lado femenino el orangután este y se lo tira a la cabeza. ¿Qué sociedad estamos montando?, es escandaloso, a que sí, a que no hace falta pensar mucho para darse cuenta de que en esa situación alguien no actuó como debería haber actuado.

Sí, qué puta desagradecida, es que es normal que al pobre se le quiten las ganas de comerse el tarro para regalos sucesivos, coño, qué cosa más útil que una depiladora eléctrica, ¿se depilaba verdad?, pues ya está, le llega a comprar unas bragas con agujero y seguro que también le sienta mal.

¿Que no es romántico?, pues depende, porque por su cabeza, que lo sé bien, debió de pasar la idea de que una depiladora era un regalo cojonudo, para tardar menos en bajarle luego el tema, que a veces se engancha con los pelos y molesta, y a la otra le sienta mal, «es que yo te había comprado un reloj», un reloj, para qué hostias podría querer el pobre un reloj, si ya tenía, regálale una mamada por dios, que un reloj se lo puede comprar su madre, su hermana o hasta la tuya, una mamada es mucho más personal, que es como tienen que ser los regalos, sí, que vengan de ti, y encima gratis, que la puta depiladora costó 20 euros.

Si hasta yo, que soy lado femenino, lo veo claro, «depílate tú los cojones» le dijo tras marcharse llorando y farfullar las odiosas frases que siempre farfullan, que si «mira que es orco el desgraciado», que si tal y pascual, luego se quejan, el pobre ese día lo recordará como un trauma, como tal trauma procurará olvidarlo y procurará olvidar todo lo que le recuerde a ello, aniversarios, cumpleaños y demás. Luego le criticarán por olvidarse de fechas señaladas cuando no es culpa suya ni mucho menos.

Es que queridas, los detalles hay que agradecerlos, si se te rompe un tacón de esos zapatos que te sentaban tan bien y le mandas a tu chico tirarlos y este en vez de tirarlos los lleva a arreglar y te los regala por navidad no debes pensar que es un roñoso o poco romántico, piensa en lo sensible que es con el reciclaje, con el pequeño comercio del barrio, piensa que ese dinero que se ahorra lo ahorra por un bien común, algo que hará superfeliz a la pareja.

Sí, una pedazo tele que the cagas and the defecas, con su barra de sonido y todo, claro claro, si ya te veo yo ahí pensando solo en ti, que quisieras tener un par de botas nuevas, para acompañar a los sesenta pares de botas que guardas en cualquier sitio en vez de una tele TFT de 60 pulgadas, qué digo pulgadas, garrapatadas, porque es enorme y medir el tamaño con pulgas es un insulto casi.

Y encima cuando él te explica que sí, que la tele es para los dos, porque así mientras él se ve el ciclismo o un capítulo de «Spartacus» tú puedes ir a dar el coñazo a tu madre te enfadas. ¿Pero no decías que en la pareja tiene que haber momentos para cada uno?, pues eso,
deberías besarle los pies, por comprender tan bien tus necesidades, alabar su buen gusto para elegir el color de la tele y largarte a ver al troll ese, es que qué menos que prepararle un cubatita bien preparado y a la vuelta traerle el marca.

Queridas, o ponemos todo de nuestra parte también, como lo hacen ellos, o una relación, incluso las más fuertes, acaba por romperse, yo os he avisado, reflexionad al respecto mientras escucháis esta bonita canción titulada «Mordred’s Song», de Bilnd Guardian.