«The Bridge», la extraña pareja.

Pues toca visionado de «The Bridge», una de las nuevas series de FX, visionado sugerido por el maestro, es «responsabilidad» de una tal Meredith Stiehm y de un tal Elwood Reid, ambos para mí tan desconocidos como un polvo de más de dos minutos. «Responsabilidad» va entrecomillado porque a ver, esto viene a ser un «The Killing», adaptación de una serie escandinava, en este caso del mismo nombre además.

Diane Kruger («Troya», «Malditos Bastardos») es la principal atracción del reparto, mira, a mí esta chica nunca me gustó demasiado, una cara quizá demasiado angulosa, aquí sale bien guapa, junto a ella el prota masculino es el mejicano Demián Bichir, cuyo mayor éxito hasta el momento es «A Better Life». Hay más actores y actrices, pero pocos que te puedan sonar, quizá Annabeth Gish o Ted Levine, mas que nada porque es viejo y tiene un currículum de la hostia, y porque ha aparecido en esa bonita serie llamada «Hell on Wheels».

La historia que nos presentan es a priori un poco plasta, un cadáver, bueno dos que parecen uno, justo en la frontera entre los dos Estados Unidos, los de América y los de México, de resolver el caso se ocuparán una poli de El Paso, la Kruger, un pelín colgada pero cuyo personaje pinta bastante bien, y el Bichir, que hace de poli de Ciudad Juárez, también un personaje más que bien presentado.

La cosa es que si la serie se dedica a ser tan solo la resolución de uno, o varios, casos de asesinato pues lo dicho, un poco de pereza da ponerte, porque una vez vista una vistas todas, sabes que hasta el último capítulo no le van a pillar al malo, si le pillan, y son 13, pero nada más ver el episodio piloto adivinas que habrá bastantes cosas más en juego que el descubrir quién mató a la chica, o chicas.

Te voy a contar algo que ya te he contado, creo, da igual, si normalmente lees el primer párrafo y le das al «me gusta», hay una cosa de las mujeres que molesta, estás viendo el programa de cocina de turno, Arguiñano, y te salta la moza, «uy, a ver cuándo me haces tú un guiso así», inmediatamente pones un DVD porno y respondes: «Cuando me la comas con tanta ansia». Puede parecer gratuita la cosa, pero es que me gustaría hablarte de cocina.

Como en la cocina en esto de las series hay maneras y maneras de lograr un plato, hay comida rápida y hay comida como esta, que necesita cierto sosiego en la cocción, no llega a ser lenta, pero tampoco saltan chispas, te metes poco a poco en la acción, que la hay, pero no es su fuerte, hablando de fuerte sí que hay escenas fuertecillas, pero sin abusar, es una serie de esas que te engancha sin darte cuenta, pero que cuando lo hace lo hace bien.

Con un montón de personajes carismáticos de cojones, bien interpretados en su gran mayoría, aquí debo volver a Diane Kruger, joder, qué bien lo hace, no es ya que salga preciosa, es que le han dado un caramelo de papel, para que te hagas una idea sería una especie de Sheldon Cooper, y cuando digo «especie» me refiero a que eso, no es igual sino parecido, de esa gente sincera y que va con la verdad por delante, aunque no venga a cuento, lo cuál provoca alguna que otra escena más que curiosa.

Gran serie, así como te lo digo, dura y cruda, más allá del caso principal, que tiene evidentemente su papel, entra en el terreno del narcotráfico, de la trata de blancas, la inmigración clandestina, la violencia cotidiana y la corrupción aun más cotidiana de México, temas que seguramente se tratarán más a fondo aun porque todo pinta a que habrá segunda temporada.

Eso sí, tiene sus altibajos, los tempos de narración no es que estén muy logrados, da la sensación de estirar un poco el chicle por encima de lo aconsejable, mas véase como defectillo, amén de algún que otro personaje que vaya, si los quitas tampoco es que cambiara gran cosa, pero en este sentido también es cierto que da la sensación de que pasarán a ser bastante importantes en los nuevos episodios.

A verla cojones.

Posdata, el Fito, con los Fitipaldis, «Mirando al Cielo».