La carnicera de Nueva Orleans.

«Al mus y al follar no me gana nadie», «soy un líder de opinión». Con tan solo esas dos frases ya te habrás hecho una idea de lo que soy, de quién aun no, pero de qué seguro, un fantasma. Mas no un fantasma cualquiera, soy el espíritu de Delphine LaLaurie, ¿que no sabes quién soy?, lo sabrás seguro, resulta que el estreno de la tercera temporada de «American Horror Story», titulada «Coven» ha roto todos los records de audiencias de su canal, irá, va, sobre brujas, pero entre otros personajes incluyen uno, inspirado en mí cuando estaba viva, no he visto la serie aun pero por si la ves que sepas que a nada que me muestren con un mínimo de humanidad estarán pasándose varios pueblos.

Bruja no sé si lo era, pero puta un buen rato, Nueva Orleans me vio nacer y vivir, al menos durante unos años, era yo una miembra, sí, miembra de la alta sociedad de la ciudad, poseedora, como tantos, de esclavos, no dejaba de ser Nueva Orleans un estado del sur y por lo tanto estado esclavista por naturaleza, todo en mi vida iba de maravilla hasta que en el año 1834 se produce un incendio en mi mansión y los bomberos de la época encuentran varios esclavos encadenados.

«Claros y evidentes signos de tortura», dijeron, las gentes del lugar tras enterarse por las noticias saquearon mi casa e intentaron matarme, qué gentuza, tuve que huir a París, como Lestat y Louis y nunca más se supo de mí, como para saberse, cuánto rencor guarda la gente por matar y torturar unos pocos negros.

Y ojo, que como a Báthory lo que más daño hizo a mi figura (aparte de los partos claro) fue la literatura, los colgados esos que me tomaron como ejemplo a venerar, gente rara que admira a asesinos en serie y tal, yo nunca fui una asesina en serie, es más, públicamente era muy amable con los negritos, incluso les lanzaba miguitas de pan a los más pobres, de puertas para adentro de mi mansión alguna hijoputada hice, pero vaya, quién no ha cometido algún pecadillo en su vida ¿eh?

Vale, ataba a la cocinera a la cocina, castigaba cuando mis hijos daban comida a los negros a escondidas, pero coño, que sabían de sobra que comer comían los jueves, que los cabrones si los acostumbras a comer a diario no dan más que gastos. Una vez me investigaron y liberaron unos cuántos esclavos por evidencias de maltratos, ¿creéis que eso es cierto?, para nada, es más, me las arreglé para volver a conseguir esos esclavos, ¿no es eso amor por tus negros de mierda?, vale, los maté luego, pero como en casa no se muere en ningún sitio.

Es más la puta cocinera fue la que pegó fuego a la casa, rencoroso, ¿ves como no se puede ser amable con esa gentuza?, se les nota en la mirada el rencor, les arrancas un brazo y te la guardan, vaya que sí, «el cuarto de arriba», ahí es donde no quería ir la cocinera y por lo que pegó fuego a la casa, ahí metía yo a mis negritos para jugar a los cirujanos, les rajaba un poco, los desmembraba, ¿pero acaso jugar con tus esclavos, con tus esclavitos incluso, es delito?, si entretener a tus negros es delito que me metan en la cárcel, porque soy culpable, pero de nada más.

Unas cuchilladas con amor no puede ser delito, además que no son seres de dios joder, si son negros, ¿has visto tú angelitos negros?, no, Machín no había nacido, de haber nacido quizá hubiera cambiado mi perspectiva, pero yo era mujer de mi época, sí sí, ya sé que en mi época asesinar esclavos y mutilarlos en vida, encadenarlos durante semanas y meses, matarlos de hambre y demás no se estilaba, pero es que es una disculpa de puta madre, haces cualquier cabronada y cuando viene la historia a juzgarte dices «eh, que yo solo era una mujer de mi época», y ya está, arreglado todo.

Pero vaya, de esto que hice, con mi mejor intención, a lo que el folclore, la literatura y rumorología hizo después conmigo.. no hay decencia, porque estoy muerta que si no se enteran, eso sí, que no vayan por carreteras secundarias de noche que en cualquier curva les espero.

De lo mejor de estar muerta es que tengo la hostia de tiempo libre para escuchar cancioncillas heavys, que son las mejores, como Heavenly, pedazo grupo el de los franceses, «Sign Of The Winner»