‘Stringer’ Bell se hizo inglés.

Idris Elba, él es el gran reclamo, sin duda alguna, de «Luther», serie británica creada por Neil Cross para la BBC. Sin duda alguna Elba interpretó a uno de los personajes más recordados de las bandas de traficantes de «The Wire», me da que por mucho que haga le va a pasar igual que a Michael Williams, que será siempre Stringer como Williams será siempre Omar.
Pero a lo que íbamos, hablamos de serie británica, lo cual, a nada que estés atento a mis entradas sobre series británicas (que ya sé que ni por el forro) significa pocos episodios por temporada, pero vaya, que estos se pasan, dos temporadas emitidas en España, seis capítulos la primera y cuatro la segunda, la tercera pues eso, a la espera de estreno aquí, ya veremos si merece la pena verla.

Junto a Elba salen Ruth Wilson, Warren Brown, que participó en esa gran serie llamada «Inside Men», Dermot Crowley y, por citar a los más conocidillos, Michael Smiley («Black Mirror» y «Utopía»), Nikki Amuka-Bird («Torchwood» y «Survivors»), David O’Hara («Braveheart», «Los Tudor») o Indira Varma («Rome» y que saldrá en la cuarta temporada de «Game of Thrones»).

¿Sabes el chiste del Don Simón? Se abre el telón, aparece un brick de Don Simón, se cierra el telón, ¿cómo se llama la película?, «estinto básico». Malo ¿verdad?

Pues «Luther» te da la misma pinta nada más comenzar a verla, es que tienes que hacer un esfuerzo enorme para acabar siquiera el primer episodio, un poli rudo, inteligente y sagaz, perspicaz y demás sinónimos de tipo listo, el puto amo al que le pierde su temperamento, su némesis la reencarnación de Sharon Stone en «Estinto Básico», mala y lista, muy mala y muy lista, tirándole los tejos al poli temperamental y sagaz, muy sagaz.

Un en teoría enfrentamiento entre dos personajes listos, inteligentes y bla bla bla, que se va al garete porque no te crees a ninguno de los dos, ni a ellos ni al resto del reparto, quizá no sea culpa suya, quizá es que la historia, por manida y predecible te parezca tan puta mierda que estás viendo el dichoso episodio piloto y lo único que pides al cielo es que sea esta una serie de esas de capítulos autoconclusivos y no tengas que aguantar a esta pareja de por vida, a él ya cuentas que sí, pero es que sólo ahorrarte a ella merece la pena.

Y qué escenitas, ejemplo, que total, no la vas a ver porque mi mayor objetivo es quitarte las ganas de verla, el prota, el poli rudo, temperamental, sagaz y cachotas ha roto con la mujer, que se está cepillando a otro, el poli se lo toma a bien claro, rompe una puerta y tal, lo normal debe ser. Pero a lo que vamos, llega un día y va a hablar con su ex, a casa de esta, llama y llama y la ex, dentro de la casa, ni puto caso.

Hasta que llama a la policía, mientras sale el querido a pedirle al prota, ese prota que hemos quedado que es cachas, temperamental y sagaz, que se vaya por favor, que ella está hasta las tetas y que han avisado a la policía, pues va este y nada, como es temperamental, cosas del carácter, pilla al querido de la ex y empieza a ahostiarle bien ahostiado, con la policía, que está llegando, viéndole, le van a parar pero el prota saca su placa y les dice que coño, que es policía, y encima su jefe, y los polis ni le detienen ni pollas.

Es que a ver, siguiendo esa regla de tres (la ex, la mala y pongamos la jefa, que también tendrá la regla digo yo) si el poli temperamental, cachotas y sagaz va un día y se pone a asesinar topillos, adorables niñitas o lo que sea y viene la poli sacará la placa y tate, «eh, ¿no veis que soy poli y temperamental a la par que cachotas y sagaz?» y los polis, «ah perdone jefe, proceda proceda, recoga luego los higadillos para los padres, que algo querrán enterrar».

Hay que recuperar el término truñaco del olvido, lamentable porque la verdad esperaba bastante de esta serie, pero lo dicho, que ojo, quizá mejore con el paso del tiempo, pero yo de ese episodio piloto no pasé.

Guano Apes no hacen heavy metal, son más bien rockeros del rollo ese alternativo, pero vaya, que alguna canción ya merece la pena, quizá no sea esta «Sunday Lover», pero lo que es seguro que es es que es (toma ya la pila de «es» y de «que») tremendamente pegadiza.