Me han tocado los cojones.

No literalmente claro, es curioso, cuando se dice a alguien «cómemela» es una ofensa, es molesto, para quien recibe la cosa, parece que preferimos que nos coman el tema al que nos lo toquen, curioso.

Valga esto como una gratuita, en todos los sentidos, reflexión extra, ya que la entrada no va de esas cosas, va de censura, que la hay, de morro, pero no me niegues que no se agradece entrar y de la misma leer esa sesuda primera parte llena de sabiduría e ingenio, soy la hostia.

Pero vamos a lo que vamos, Hace unos días, meses para cuando esto salga a la luz, cosa del eterno acumule de entradas por publicar, recibo una propuesta de una página web para escribir unos articulillos, da igual la página, evidentemente de medio pelo, no digo esto por venganza, lo digo porque solo una página de medio pelo podría interesarse en alguien como yo.

Decir que en realidad todo esto no se refiere a «Dessjuest», sino al hombre que escribe con este seudónimo, pero vaya, que en el fondo da igual, aunque no me creas soy bastante parecido en realidad a como escribo, de hecho escribo sin pensar demasiado, lo que quiero decir es que cuando se me ofreció el tema se me conocía, uno es como es, me gusta tomarme las cosas con humor, meter puyitas, todas esas cosas.

Tú, antes de comprar miras, te aseguras, luego te la pueden dar con queso, cierto, pero si compras una hamburguesa con queso luego no digas «qué asco, tiene queso», evidente, cómpratela sola so gilipollas, es como casarte y quejarte después de que no follas, pues quédate soltero coño. Es decir, cuando a mí se me ofrece escribir algo se supone que sabes lo que te voy a dar.

No entramos en que sea bueno o malo, no sé si se me entiende, vale, si no me entiendes te jodes y vas a sacarte el graduado que no estamos para perder el tiempo, que estoy cabreado cojones. Ahora no, cuando lo leas digo, ahora sí, cuando lo escribo. Bien, escribo un articulillo, lo mando, lo reciben, todo correcto, llega el día de la publicación, entro, ahí está, sí señor, mi debut, de ahí a escribir para el Marca un paso.

Pero coño, no me reconocía a mí mismo, ¿esto escribí?, como que faltaba algo además, comparo textos y vaya, mutilación total, las partes más cachondas, esas en las que me metía con los dolores de los partos y tal fuera, y en su lugar cosas que vaya, yo no diría ni en broma.

A ver, huelga decir que cada uno publica en sus sitios webs, donde sea, lo que le salga del escrotamen, faltaría más, pero coger un texto de un señor y cambiarle palabras, frases enteras, sin el consentimiento de ese señor no es de recibo, si no te gusta no lo publiques, si crees necesario cambiar algo lo dices y es el autor quien decide si lo hace o lo manda a tomar por el ojete.

Yo siempre he pensado que esto es un mero hobby, hobbit o Bilbo Bolsón, pero el que uno lo haga porque le apetece, el que uno se preste a colaborar con todo aquel que se lo pida, no quiere decir que entrego un texto y puedas hacer con el lo que te salga de los huevos, que no macho, no vale en este caso comprar la hamburguesa y quitarle el queso, o te la comes entera o me la quedo, menos aun si sustituyes un, a mi juicio, precioso queso, por unos insulsos pepinillos.

Cualquier texto, ese también, es como una receta, que repito, podrá gustar más o menos, pero tiene los ingredientes que el autor piensa que debe llevar, si quitas unos y metes otros ya no es «el texto» , es otra cosa, un aborto literario, «es que era un poco bruto», «es que ese humor no pega en la web», lo dicho al principio, hostias, que me conoces, coño, no me digas nada y se acabó.

Huelga decir que la cosa es tan lógica que espero que me de todo el mundo la razón, yo es que lo veo claro, encima no te jode el bicho, me dice que si me ha molestado, no hombre, me ha encantado, qué cosas tienes, luego dices que el humor ese no te pega, qué cachondo, molestarme, que se te escape el perrín un día, ya verás con qué buen rollo lo atropello.

Baron Rojo para la posdata, mítico no, lo siguiente, «Hijos de Caín», quizá haya un par de canciones de ellos que me gusten más, pero me da que este es su gran hit, baladón imperecedero, di que el gilipollas de antes pillaría el tema y empezaría a cambiar palabras hasta hacer de él uno digno de Bisbal.
Encima es calvo el muy cabrón, si ya te digo yo que no hay calvo bueno, es que veo un calvo y me pongo de mala hostia.