«War of the Damned», el final de Espartaco.

Pues tercera parte de la trilogía de la saga «Spartacus», después de «Sangre y Arena» y «Venganza» tenemos esta «Guerra de los Condenados», última además, ojo, hay que recordar que en medio metieron una precuela, «Dioses de la Arena», con lo cual es como si fuera la cuarta. Recordemos que es serie del canal Starz, con Steven S. DeKnight como máximo responsable y con Liam McIntyre, Manu Bennett y Dustin Clare encabezando el reparto.

Como esta es serie de extrema violencia hay muchos protas con la sana costumbre de caer en combate o asesinados, por lo que el casting se va renovando, en ese apartado de nuevos encontramos a Simon Merrells, que interpreta a Marco Licinio Craso y a Todd Lasance, que da vida nada menos que a Julio César. Esta temporada en teoría pues eso, va del final de la fuga de los esclavos gladiadores, desde su victoria en las faldas del Vesubio hasta la batalla del Río Silario, donde dice la historia que acabó la aventura de Espartaco y los suyos, pero claro, como el rigor histórico no es el fuerte de la serie pues uno tampoco espera que las cosas sean exactamente así.

Sí, extremadamente violenta, muy extremadamente violenta, sangrienta, gore, sangrientamente gore, sexualmente explícita, ahí se follan todo lo follable, no se tiran vacas porque no hay vacas, pero por follarse se follan hasta a la propia historia, constantemente, a pesar de algún detalle, como las diezmas. Es excesiva en todo, abusa de todo, abusa de la violencia, del sexo, de los efectos digitales, una serie exagerada en fondo y formas, con interpretaciones deficientes, guión escasito y todo lo que quieras.

Pero una cosa te digo, como un cerdo en un lodazal, así he disfrutado de cada uno de los diez episodios, trepidante, vibrante, espectacular, colosal, entretenida, es jodidamente adictiva la puta de ella, yo la vi estando de «rodríguez» y no pude dedicarme casi a nada que no fuera a verla, iba a por el pan y en mi cabeza salía Craso ordenándome volver a ver si echaba mano o no a Espartaco, pedía café en el bar y cuando me preguntaban con o sin leche gritaba «con sangre» y a cámara lenta le clavaba una cucharilla en la yugular.

Más que digno colofón a una serie especial, una temporada que deja abierta una pequeña puerta al retorno de la serie, aunque ya no con otras tramas, más intensa quizá que el resto de temporadas, con el ejército de esclavos enfrentándose a su primer rival digno, consigue además algo complicado, que uno, que suele cabrearse cuando ve cómo un guionista se cepilla la historia, se olvide del tema y se dedique a disfrutar, porque la disfrutas, vaya que sí.

Una serie, así ya en conjunto, «Spartacus», que desde luego dejará huella, cierto es que bebe directamente de «300», pero en televisión ha ofrecido cosas difícilmente vistas antes, ¿recomendable?, pues depende de para quién, si eres de los que te escandalizas en cuanto ves una teta o un cuello rebanado en primer plano y con dos baldes de sangre salpicando a la pantalla pues no, ni mucho menos, yo desde luego que tarde o temprano volveré a verla, no me cabe duda alguna.

Clásico para la posdata, Accept, historia, y viva además, porque el grupo sigue en activo, del heavy metal, alemanes, uno comenzó a escucharles por los ochenta y uno de los primeros temas que escuchó de ellos es este baladón, «No Time to Lose»