«Utopía», cuando el mundo depende de los americanos, perdón, de los ingleses.

Serie visionada gracias a la recomendación de Alterfines, «Utopía», serie británica, del Channel 4, responsable de, por ejemplo, «Black Mirror», como muchas de las de por allí cortita, en este caso seis episodios, temporada única además (de momento), hablamos por lo tanto más de miniserie que de otra cosa, Dennis Kelly es el creador, en el reparto mucha cara conocida, pero sobre todo en roles secundarios, en los protas menos, Fiona O’Shaughnessy, Alexandra Roach, Nathan Stewart-Jarrett o Adeel Akhtar, como ves no son nombres que suenen así a estrellas.

¿De qué va?, pues de colgados que escriben libros prediciendo desastres y que encima parece que aciertan, un puñado de colgados que están en posesión de uno de esos libros, de una organización secreta que quiere joderlos y eso, la verdad es que el argumento de por sí no es que sea muy atrayente, pero en fin, que muchas veces una trama atractiva se convierte en un truñaco y al revés, como las referencias eran buenas pues nada, a visionarla.

Es lo que te decía, muchas veces recuerdo a un antiguo amiguete que siempre me aseguraba dos cosas, que ser calvo es síntoma de evolución precoz de la especie y que en una peli, o serie en este caso, lo importante más que lo que se cuenta es cómo se cuenta.

El estilo me recordó bastante a «Breaking Bad», no es de esas que busquen explicar las cosas de forma sencilla mediante diálogos interminables. Es más de ir construyendo la historia a base de escenas, que por sí mismas tienen una fuerza acojonante, en lo visual sobre todo.

Gamberra, violenta y expeditiva, nada de eternas persecuciones, llega el malo y zum, se cepilla al testigo de turno, da igual sexo, raza o edad, llena de personajes bien hechos, atrayentes, incluso los malos, otro tanto a su favor es que llega un punto en el que eso de «buenos y malos» se diluye bastante, incluso te planteas cosas.

Es un gran acierto la trama en ese sentido, estamos acostumbrados a que el objetivo de la recurrente organización de hijoputas sea destruir la tierra, cosa bastante idiota como objetivo por cierto, aquí, sin desvelarte cuál es, sí que te adelanto que te hará dudar moralmente, o al menos pensar, uno ve con cierta envidia este tipo de televisión que entretiene y que además te hace reflexionar sobre lo que ves.

Al ser serie inglesa va al grano, no alarga la cosa en exceso, defecto común en muchas series del otro lado del charco y cuyo reciente ejemplo tenemos en «Los Hermanos Donnelly», una historia sí, algo farragosa y con algún personaje que te cuesta ubicar, ya te digo que no es de las que te facilitan seguirla explicándote en todo momento quién es quién.

Una serie esta con sus defectillos también, algún agujero en el guión, aunque suelen ser asumibles, del tipo «aparece un dedo y la manera de aparecer no es demasiado lógica pero el tema es que debe aparecer un dedo y en realidad da igual el cómo», un final pues eso, que quitando los 10 últimos minutos hubiera hasta funcionado, pero como hay segunda temporada en ciernes pues se vuelve a abrir, y esta apertura pues lo de antes, hace que pienses en cosas que han pasado y no las veas demasiado sentido.

Pero haciendo balance se trata de una serie más que recomendable, cortita, trepidante, impactante, bien hecha y con bastante personalidad, camino lleva de convertirse en una de esas series de culto.

Skid Row, vaya, míticos, hoy en día ya quizá ni suene su nombre, pero eso, son mitos del hard rock, allá por los ochenta y primeros noventa la verdad es que rozaron la genialidad en más de un tema, «Quicksand Jesus» quizá no fuera el más conseguido, pero aun así merece la pena volverlo a escuchar.