Esos jodidos pesimistas.

Dicen que un pesimista es un optimista bien informado, que si la botella medio llena, medio vacía, ¿cómo la ves?, pues si la estás llenando medio llena, si la estás vaciando medio vacía, yo siempre pensé que el ser humano tiene algo de exceso de dramatizar, que nos mola dar pena vaya, qué vieja y ruin táctica la de dar pena, «es que ayer se me murió la abuela», para ligar en la disco, que te abracen y consuelen y tú ya aprovechas y pillas cacho, yo jamás usaría una táctica tan sucia, bueno, alguna vez pero ya en plan último recurso, mas no me funcionaba demasiado, «hermosa damisela, ayer se me acabó el colacao y tuve que desayunar leche sola, déjame abrazarte para que me consueles y así apoyarme en ese par de melones que están pidiendo a gritos ser devorados», y no te jode que la tipa me soltó una hostia.

Pero sí, a la peña le mola dar pena, somos de contarnos desgracias, que si tengo piedras en el riñón, que si me han echado del trabajo, que si mañana me caso, si te fijas nadie cuenta en el bar que a la noche echó un polvazo de campeonato, no, lo bueno se calla, se cuenta lo malo, nos mola deprimirnos y entristecernos, pensar que nos va todo fatal, ser pesimistas en definitiva.

Pero es que además ponemos todo nuestro empeño en el tema, ejemplo, sales de fiesta, pues ya sales pensando, «hoy no pillo», sí señor, la esperanza por bandera, como, pues pillas, «pero seguro que de dos besos no paso», y en cuanto te descuidas estás en su casa bombeando como un campeón, cojonudo, pero tú sigues con lo tuyo, «seguro que ni me la chupa».

Y te hace una mamada de escándalo, pero tú, pesimista por naturaleza, no te das por vencido, «a que si le pido que me deje entrar por carga y descarga me dice que no, que le duele mucho y que ni puntas a martillazos entran por su culo», y coño, que te deja, pero a un pesimista jamás le ganas, por mucho que todo le vaya bien, «seguro que si ahora meto el nabo en la picadora me hago daño», y cuando lo hace y le queda ahí toda su entrepierna ensangrentada suelta, «si ya decía yo».

Claro, es que no hay nadie más empeñado en que todo le salga mal que un pesimista, si lo buscas lo encuentras, «seguro que voy al híper y está petado, como es sábado a la tarde..» y el híper vacío, «seguro que me toca la cajera borde», y no solo es simpática sino que encima te da el número del teléfono, «a que me cobran mal», y te cobran mal, pero a tu favor, «¿ves?, ya sabía yo que me iban a cobrar mal, si mi vida es una tragedia constante», y se corta las venas.

Te llama el jefe, «a que me despiden», te ofrece un ascenso, encima cobrar más tocándote los huevos, «seguro que si le llamo hijodelagranputa, explotador de mierda y follagallinas me echan», y te responde con un «qué gran sentido del humor, Martínez!, «seguro que si me tiro a su mujer, a su hija y a su perra me echa», «no sabía que era tan picaruelo Martínez, me alegro, aquí le traigo además a las de contabilidad, que están de despedida de soltera todo cachondonas», y el puto Martínez, sólo por salirse con la suya saca una recortada y se zumba a todos los presentes en la orgía, solo por ser detenido y poder decir a sus colegas en el trullo que «mira que mala suerte tengo en la vida, todo me sale mal».

Venga hombre, no me digas que no es mejor ir de optimista por la vida, mirando el lado bueno de las cosas, dos tipos por el desierto, días, se topan con un cadáver en descomposición, le rajan el estómago, va el pesimista y tras comerse el contenido dice, «qué asco, lentejas», y las vomita, va el optimista y suelta, «hostia qué suerte, lentejas, y calentitas».

Timo Tolkki es idiota, que lo sepas, pero aun siendo idiota hace cosas decentes en la vida, eso sí, originalidad la justa, si Avantasia tiene éxito saca Avalon, poco original copia, «Enshrined in My Memory» es uno de los temas de «The Land of New Hope», primer ábum de Timo Tolkki’s Avalon, para el que cuenta con la presencia de Elize Ryd, que la verdad, últimamente está en todos los fregados.