Un concienzudo análisis de recorridos ciclistas.

«Yo soy yo y mis circunstancias», no soy muy de frases célebres, la mayoría suelen esconder trampillas, otras son chorradas mayúsculas, alguna sin embargo es genial, esta es una de ellas, el cómo somos no depende sólo de nosotros, también, y mucho más de lo que se piensa, de las circunstancias, esto vale para cualquier cosa, yo, que tengo una señora esposa católica, siempre le digo que es católica porque sus padres lo son, que de haber nacido en Kuwait es más que probable que ahora estaría con el velo y peregrinando a la Meca, teniendo además que compartir a su adorado esposo con otras tres jóvenes y espectaculares mujeres, ahí peleándose por ver quién de ellas pasa la noche con el semental.

Hay veces que puedes cambiar las circunstancias, otras no, el dicho vale para personas, pero también para cosas, también para el ciclismo, también para el Tour, para la Vuelta, para el Giro, para sus recorridos, para sus durezas, de eso te voy a hablar, intentando además que me entiendas, que será lo más complicado, para ello, para que me entiendas, voy a hablar del tema usando el folleteo, que vaya, de eso entendemos bien a que sí.

Vamos a suponer que eres un tío, un apuesto varón heterosexual, no es que tenga nada en contra de las mujeres, ni de los homosexuales, incluso en contra de las mujeres homosexuales, de hecho si eres mujer homosexual el ejemplo te servirá igual, el tema es simplificar y no estar todo el día con el «imagina que ves un tipo/a» o lo que es peor, «tip@», o sea, eres hombre, sí, tienes dos tetas como aterciopelados melocontoncitos, échale imaginación, incluso si están coronados por un par de jugosos y tiernos garbancillos tiesos y empitonados, en fin, que al final el que se empitona es servidor, vamos a lo importante, el Tour.

Hemos quedado que eres hombre a que sí, si yo te pregunto, ¿qué es más fácil?, ¿tirarte a un pivonazo que te cagas, con unas piernas largas como los pelos de mi sobaco, un firme y poderoso trasero, unos pechos que acabarían con la hambruna infantil de medio mundo y unos labios (los de la cara, no me seas mal pensado, de los vaginales nunca hablaría en un blog serio) suculentos que dicen «cómeme cómeme»? ¿tirarte a la hermana fea del feo de los Calatrava?, piensa durante unos instantes..

¿Seguro que a la fea?, ¿por?, ¿porque como es fea no habrá dios que le tire los tejos y estará hambrienta y sin embargo la buenorra estará harta de moscones y será inaccesible?, eso pensaría el común de los mortales, eso piensa el típico listo que dice, «el Giro es más duro que el Tour porque los puertos son más duros y patatín patatán que plasta soy dios mío», o el otro anormal que te salta «es que la Vuelta tiene 25 finales en alto en 20 etapas, más duro que eso solo existen los abdominales de Dessjuest».

No hace falta recurrir a cosas como climas, desniveles acumulados, kilometrajes de etapas ni chorradas varias, para que entiendas el tema seguimos con el símil de antes, volvemos a ponernos en la piel del tipo que debe ver si es más fácil zumbarse al pivón o al callo, acordaos, las circunstancias, qué importantes son, no es más fácil tirarse a una u a otra, depende de eso, de las circunstancias.

Si el callo es la única mujer en el mundo ya puede ser más fea que mi suegra cagando, te las verás putas para tocar pelo (suponiendo que no se depile claro), vamos con la jambona, imagina que el único hombre de la tierra eres tú, vamos, es levantar el dedo y añadir un «chati, amórrate al pilón un poco maja» y la tienes, no hace falta más, oferta y demanda.

¿Por qué es el Tour la carrera más dura?, ¿la más difícil?, más allá de la dureza o no de su recorrido lo es por eso mismo, la demanda, al Tour van todos y cuando digo van digo van, a las otras algunos «van», salen y después de la etapa hasta vuelven a salir, de fiesta, como Andy en la Vuelta 2010, expulsado por irse de copas nocturnas, al Tour quien va va a por todas, no es sólo que vayan los mejores, todos, a no ser que medie lesión o sanción, sino que quienes van van eso, a por todas, nadie se conforma con ser siquiera octavo si puede ser séptimo.

Y eso hace que hasta en las etapas llanas existan los nervios, la presión de ir delante, existan las recurrentes caídas, da igual el recorrido, la competencia es feroz, un pequeño error te hace perder la carrera, no hay lugar al relajamiento, eso, más allá de los recorridos, esa circunstancia de la competividad, es lo que hace del Tour la carrera más dura del mundo ciclista, ¿a que lo entendiste?, claro, si es que no hay nada como explicarte las cosas en condiciones, algo al alcance de pocos, privilegios de todo un líder de opinión.

Acabo con Amaranthe y «Leave Everything Behind».