Y no me creíais.

Os pensáis que me invento las cosas, pero vaya, que no, que las cosas son como son, no hay manera, en fin, antes de nada, tú piensa en maneras de tirar el dinero, muchas, pero hay dos que están por encima del resto, comprarte condones y encargar estudios, de esas dos cosas precisamente va la entrada de hoy. ¿Qué estudios digo?, pues esos que encargan pagando un pastón para averiguar cosas que ya sabías.

Digo yo que no hace falta un estudio para llegar a la conclusión de que los calvos visitan con menos frecuencia las peluquerías y con mayor las clínicas de acortamiento de penes, sí, nos acompleja tener tanto volumen, son perogrulladas, en verano hace más calor y en invierno más frío, también, está claro, vale, en Euskadi no, aquí tenemos lluvia y granizo hasta en pleno agosto. Pero vaya, que todos sabemos qué quiero decir, que no hace falta ser muy listo ciertas cosas, mucho menos necesarios son ciertos estudios.

Te voy a hablar de un estudio de los estafadores de «control», la famosa marca de preservativos, esos que te decía que son muy adecuados para tirar el dinero, «sexo seguro» te venden, qué hijoputas troleros, ni mucho menos es seguro que comprándolos tengas sexo, en dicho estudio dicen, los muy espabilados, que «Bilbao es la ciudad donde menos se liga».

Tócate los cojones, sí señor, qué lumbreras, a saber cuánto tiempo han dedicado a hacer un estudio para llegar a la conclusión que, los habitantes de la noble villa, sabemos de toda la vida, a esto me refería por estudios inútiles, no, queridos niños, a que sea inútil estudiar, que también, bueno, ciencias políticas tiene salida. En Bilbao no se folla, te lo dije, no me creíste, «estarás vacilando», pues mira, ya hasta está demostrado científicamente.

Puede, es probable, que pienses, «normal que no mojes, si eres feo», no no, sí, lo soy, pero no moja nadie aquí, las bilbaínas tienen una máxima, «hasta que no nos casemos nada», y cuando te casas pues te puedes imaginar, sufren esa extraña mutación que les hace pasar de una semana de menstruación a 28 días al mes, el resto pasan porque están con los síntomas claro, «es que me duelen las tetas, las tengo como hinchadas», «pues imagina tú como tengo los huevos no te jode», yo un día tuve que hacerme un análisis de esperma y vaya, que tuvieron que operarme para sacar la muestra porque estaba ya cuajado cuajado, tenía espermatozoides esperando a salir desde las olimpiadas de Los Angeles.

Coño, no te diré más, yo lo único que me creo de la biblia es que la virgen se quedara embarazada siendo virgen, fijo que era de Bilbao, ni el origen del cosmos, ni la Atlántida, ni el triángulo de las Bermudas, el mayor misterio al que se enfrenta la humanidad es descubrir cómo cojones se quedan embarazadas las bilbaínas, es más, lo realmente intrigante es conocer el por qué aun no nos hemos extinguido.

Pero no toda la culpa es de ellas claro, también tenemos nuestra responsabilidad, es que somos tímidos, hasta cuando vamos al putetxe estamos ahí con los nervios, «¿querrá rollo?», nos falta seguridad, culpa de los repetidos fracasos amorosos repartidos por toda nuestra vida, claro, así que un día sales a tierras más exóticas y liberadas, qué se yo, burgos, y flipas en colores, hasta te dirigen la palabra, aquí, en Bilbao, le preguntas a una si tiene fuego y te monta el pollo, «¿fuego?, ¿qué quieres, follar?, ni de coña, déjame en paz imbécil?». Sí, finas y asequibles no son, una lija es bastante menos áspera que una de Bilbao.

Vas ahí, a Burgos, o donde quieras más allá del Pagasarri, y si preguntas si tiene fuego ya es otra cosa, «oh síiiiii, fuego uterino guapo, arrrrrrrdo por dentro, saca la manguera y riégame, riégameee¡¡¡», joder si hay diferencia, yo puedo jurarte que no hay cosa con más amistades que un bilbaíno, todas te dicen, «mira, me gustas, pero como amigo», pero no follamigo no, ni siquiera en plan pagafantas, ni de coña, un pagafantas tiene más experiencia sexual con las mujeres que Deusto entero.

No hay más que poner un ejemplo, los condones, de la marca que sean, aquí no se venden en cajas de 6 o 12, qué va, demasiado optimistas esas cifras, aquí por unidades, y con plan renove, automáticamente la farmacia, cuando pasan cinco años, te avisan para que vayas a cambiarlo, incluso si vas y le dices a la farmacéutica, «eh, que no hace falta, dame uno nuevo que el otro lo usé», ella te mirará, «venga fantasma, qué coño vas a usar tú», y lo sacas 😦

Tú vienes a Bilbao, te bajas del tren, ves una plaza y una estatua, «a Don Diego López de Haro», algún personaje histórico, pensarás, un descubridor tal vez, un antiguo señor de Vizcaya, pues no, Diego es una celebridad en la ciudad, pero no por nada de eso, este salió un día de copas por Bilbao y esa misma noche acabó en un hotel metiendo con una recién conocida, es nuestro héroe nacional, hasta le pusieron su nombre a la Gran Vía, tal gesta nunca fue igualada.

Sexo, Bilbao, dos términos incompatibles, una misión imposible para nosotros el tema del apareamiento, Gamma Ray incluso nos compuso una canción, «Man on a Mission».