El Ángel del Gueto de Varsovia.

En la entrada dedicada a John Rabe y en sus comentarios resultó inevitable cierto debate, apareció la figura, entre otras, de Oskar Schindler, famoso tras la peli de tito Spielberg, gran peli para mí, aunque uno nunca sabe si caso de tener que elegir elegiría esa o «El Pianista», bien, sin entrar en detalles el tema es que de esos comentarios surgió el nombre de Irena Sendler, de cuyos actos prometí contar al liante de santorales Triste Sina.

Y de ella irá esta entrada, nada habrá de divertido porque la historia de Sendler de divertida tiene poco, sí mucho de heroica, de desinteresada, sí de llevar sus ideales a su máxima expresión, se habla de ella como «enfermera católica», mira, no es por tocar las narices, de hecho cuando hablé de Bartali ya dejé claro que tanto él como la organización para la que trabajaba eran católicos, pero hay muchas dudas acerca de la religiosidad de Irena, de sus ideas, desde luego no era religiosa, más bien parece que militaba en el socialismo de la época, en todo caso lo importante no era lo que pensaba, sino lo que hizo.

«La razón por la cual rescaté a los niños tiene su origen en mi hogar, en mi infancia. Fui educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin mirar su religión o su nacionalidad». Más de 2.500 niños judíos sobrevivieron a la guerra gracias a esta mujer, criada sí, en una familia católica pero que siempre tuvo buenas relaciones con los judíos.

Se habla del holocausto, cierto es que el holocausto existió, pero eso no quiere decir que antes de él la vida de los judíos fuera fácil en la tremendamente católica Polonia, ya existían discriminaciones, discriminaciones a las que la enfermera Sendler se opuso, lo cuál le supuso ya una suspensión de tres años en la universidad de Polonia, como te decía antes, sus relaciones con la comunidad judía polaca eran muy estrechas, estalla la guerra y Alemania invade Polonia, ella ejerce de enfermera, su profesión.

Una vez creado por los nazis el guetto de Varsovia Irena observa las penosas condiciones de vida de los habitantes del mismo, huelga decir que judíos claro, especialmente la de los niños, consigue permiso para entrar y salir del guetto, la excusa el tifus, enfermedad que daba bastante reparo entre los nazis, empezó ahí su lucha para salvar a esos niños de una muerte segura, sacándolos del guetto y poniéndolos luego a salvo.

De mil maneras distintas claro, escondidos de mil maneras distintas, cualquier cosa era válida, desde un saco de patatas hasta ataúdes en los que hacía pequeños agujeros para que el crio no se ahogara. Evidentemente acabó por ser descubierta por los nazis, encarcelada y torturada, a pesar de la tortura no dijo ni una palabra sobre el paradero de esos 2.500 niños judíos ni de las familias polacas que los acogieron, fue condenada a muerte.

Hay que decir que, como Bartali, Irena no actuaba sola sino en el seno de una organización llamada Zegota, una organización de resistencia anti nazi polaca, Zegota, mediante sobornos, logró facilitar la huída de Sendler, en la práctica, porque legalmente su nombre se sumó al de otros ejecutados por los invasores alemanes, empezó así una nueva vida clandestina que tampoco fue fácil al acabar la guerra puesto que, como tantos otros, no se llevaba del todo bien con los nuevos invasores, la URSS, de hecho llegó a estar encarcelada bajo la etapa de la Polonia comunista.

«Jolanta», ese era el nombre por el que los niños salvados la conocían, ninguno sabía su verdadero nombre, pasaron años sin que sus actos en los años de la guerra fueran conocidos, hasta que de casualidad uno de los niños reconoció a «Jolanta» en la foto de un periódico, el primero de muchos que empezaron a salir a la luz para contar sus historias y la de la enfermera, a pesar de todo tuvieron que pasar muchos años hasta que su propio gobierno le reconociera sus méritos, noviembre de 2003.

Candidata al premio Nobel de la paz en 2007, no le fue concedido, Al Gore fue el beneficiario del premio, dónde vamos a parar, este sin duda se lo merece mucho más, que hizo un documental y fue vicepresidente de un país que es ejemplo en beneficencia internacional y pacifismo a ultranza, Sendler murió en 2008 sin que realmente eso de los reconocimientos y los premios le importaran gran cosa, «esos actos fueron la justificación de mi existencia en la tierra», como encima los reconocimientos le llegaron ya muy mayor pues casi le eran más incómodos que otra cosa.

Pues eso, que una de esas vidas merecedoras de ser recordadas, Union Mac para la posdata, «Bring me in».