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Este también se merece el monumento.

Hablaba yo un día con Almita acerca de monumentos, de sí alguien en vida los merece, cosas, como el ejemplo que ponía era Iker Casillas uno fue a lo fácil, comentando que fuera aparte de estar vivo, y por muchos años, para mí tampoco merecería el monumento, como no lo merecería ningún deportista, a ver, a no ser que hayas conseguido cotas extraordinarias que nadie jamás hubiera logrado, desde luego no es el caso de Casillas por muy buen portero que sea, arrimando el ascua a la sardina y por poner un ejemplo de alguien que sí lo mereciera, Eddie Merckx, pero lo dicho, es que el palmarés de Merckx no lo tiene nadie, ni de lejos.

Ponía yo un ejemplo, Albert Richter, cuya historia sí que merece un monumento, pero ya no por sus logros deportivos, sino por su vida, por su manera de vivirla y por cómo la perdió por mantenerse fiel a sus ideales, víctima de la GESTAPO, bien, hoy te voy a contar una historia que quizá conozcas, pero que viene al pelo, otro ciclista que, en mi parecer, también merece un monumento, pero tampoco por sus logros en la carretera, sino por unos actos más que curiosos.

BartaliSi alguien ha aprovechado el tirón de un deportista de éxito sin duda han sido los regímenes autoritarios, quizá por eso me asquee el que se use tanto y tan torticeramente, el opio del pueblo, mientras nos entretengamos con las gestas de la estrella de turno pasamos por alto el resto, somos tan gilipollas, con perdón, que salimos a la calle a manifestarnos porque a nuestro equipo le bajan a segunda B, estoy seguro que si mañana sale Florentino diciendo que cada socio debe poner 50 euros para que Cristiano renueve y los pone hasta quien está en el paro, esto siempre ha funcionado así.

Gino Bartali y Fausto Coppi, quizá de las rivalidades más famosas dentro del mundo ciclista, aunque eran amigos, y eventualmente compañeros de equipo dividieron la Italia del fascismo, uno Bartali, católico, la imagen del régimen, el otro, Coppi, agnóstico y de ideas izquierdistas, curiosamente fue Coppi el enviado por el fascismo a luchar a África en la segunda guerra mundial mientras el fiel Bartali mantenía una plácida existencia de entrenos, lo cierto es que ambos gozan de un palmarés envidiable y son dos casos claros de ciclistas extraordinarios, pero como te decía no van por ahí los tiros de la entrada.

Decía que Bartali quedó en Italia en plena guerra, como bandera propagandística de Mussolini, mientras su gran rival se encargaba, curiosamente, de defender al Duce en el campo de batalla, plácida existencia a que sí, bendito enchufado el cabrón de Gino, pobre Fausto, Bartali murió en el año 2000 y murió siendo recordado como eso, como la antítesis del Coppi, como el partidario del fascismo, acojonante, acojonante digo porque poco después de su muerte se descubrió la verdadera historia de Bartali, algo que él mismo calló durante toda su vida, un episodio que hace de él todo un héroe.

Porque mientras el fascismo hacía de él su seña de identidad Bartali ayudó a salvar la vida de 800 judíos, y como digo lo hizo sin alardear de ello en su vida, ni siquiera tras la guerra, ni siquiera para apaciguar su mala fama, ¿cómo lo hizo?, pues precisamente aprovechándose de su carácter de ídolo nacional en las fechas, ayudándose de sus entrenos en bicicleta, guardando documentación en el cuadro de su bicicleta, usando un maillot que le identificaba ante los pocos que no le reconocían.

No había guardia que osase desconfiar de él, mucho menos registrarle claro, un descubrimiento casual por parte de los hijos de Giorgio Nissim, organizador (con la estimable ayuda de varios arzobispos italianos que ocultaban a los judíos en los monasterios) hizo que en 2003 toda la historia saliera a la luz, quién sabe de las razones de Bartali para entrar en esa organización secreta libertadora de judíos, si su fe, si unos ideales ocultos, nadie lo sabe a ciencia cierta porque lo dicho, nada dijo al respecto jamás, murió siendo un héroe tan anónimo que es probable que ni su propia familia supiera de sus actos.

Es probable que ni esos 800 judíos que él ayudó a salvar de la muerte, ni las familias de estos, supieran nunca que debían sus vidas a una de las mayores leyendas del ciclismo en toda su historia, al hombre que aun hoy mantiene el record de victorias más distanciadas en años en el Tour de Francia. En un mundo donde los famosos van al tercer mundo a besar niños limpiados y desinfectados a conciencia y con 200 cámaras a su lado hay que reconocer la valía de este hombre, que sí, por supuesto que merece un monumento, y como digo no por sus gestas deportivas, que ojo, fueron de las gordas, sino por su labor oscura y anónima.

Anastacia, hay que ver que voz tiene esta chica, bien está hacer una excepción al heavy que suele adornar estas entradas con ella, «Left Outside Alone» es además un más que bonito tema, venga, con ella te dejo hasta más ver.

  1. 23/06/2013 a las 00:19

    Interesante la historia, no la conocía. Muy buena, la historia está llena de héroes anónimos.
    Saludos

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    • 23/06/2013 a las 00:28

      Para mí lo destacable es que él ya era famoso, lo era mucho, y tenía una imagen no demasiado buena, cualquier personaje famoso, para mejorar su imagen, es capaz de irse a Africa a abrazar a tres o cuatro niñitos llenos de moscas, este sin embargo guardó su historia hasta la muerte.

      Me alegro que te gustara, muchas gracias.

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  2. 23/06/2013 a las 01:54

    Desde hace algunos años se está considerando plantar un árbol por Bartali en el Jardín de los Justos, en el Yad Vashem. Un monumento vivo. En el caso de los religiosos, especialmente católicos, no pasaría por alto el hecho de que cuando decidieron mojarse fue desobedeciendo a Roma. Pío XII no se distinguió precisamente por su empatía hacia los israelitas. Italia está rastreando testimonios al respecto desde que comenzó a circular esta historia. Pocos países necesitan tantos héroes, de momento.

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    • 23/06/2013 a las 02:33

      Sí, de hecho el papel de la Iglesia, como institución, en esos años, no es que fuera como la de estos religiosos que nos ocupan, ni mucho menos, pero tratándose de la iglesia nunca mejor dicho, «de todo hay en la viña del señor» 😀

      Yo creo que el árbol ese se lo merece, aunque también es cierto que a él se la debe sudar, se la sudaba en vida osea que ahora me imagino que hasta más.

      Abrazos.

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  3. 23/06/2013 a las 05:12

    Ese silencio le da a su acción una fuerza moral impresionante. A ver, salvar la vida de uno hubiera sido heroico, 800 es para hacerle varios monumentos y si encima se lo calla y no lo usa (como dices) para limpiar su mala fama, se merece varias plazas centrales. Y como me encanta la idea del árbol, mejor propongo una arboleda. Qué gran historia y que entretelas de tipo.

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    • 23/06/2013 a las 22:03

      Lo intrigante es el por qué calló, que es, por cierto, lo que le da, en determinados sitios, nula veracidad a la historia, yo me la creo, eso sí, quedando siempre intrigado de los motivos de callarse, digo que me lo creo porque no es el único caso, en un mes o mes y medio saldrá aquí una persona que salvó mucha más gente y tampoco alardeó del asunto en su vida.

      Besos ojito.

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      • 23/06/2013 a las 22:10

        Pues doble reconocimiento a ellos. Vaya, que valen su peso en oro.

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  4. 23/06/2013 a las 05:12

    *faltó un acento: «qué entretelas»

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  5. 23/06/2013 a las 07:48

    Preciosa historia que no conocía. Suele suceder que los héroes verdaderos son personas discretas que hacen cosas de manera callada y sin alardes.
    Esa es la esencia de el heroísmo.
    Besazo Maestro

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    • 23/06/2013 a las 22:05

      De hecho maestra, como digo en la entrada, es una historia que hasta hace bien poco no la conocía nadie, salvo los que lo hicieron con él, que callaron también todos, una pedazo historia si.

      Besos.

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  6. 23/06/2013 a las 08:54

    «Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» Mateo 6.3. El hombre cumplió a rajatabla este precepto.
    En cuanto a los famosos que se dedican a besar negritos desinfectados, pues reconozco que tengo mis dudas. Por un lado, me parece un alarde indigno; pero por otro, lo considero aprovechar el tirón del famoso para atraer gente hacia su causa. Imagino que la verdad está en la conciencia de cada cual.
    Un abrazo, crack.

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    • 23/06/2013 a las 22:08

      Esas cosas me parecieron siempre como tratar la lepra con polvos de talco, cuando no se va al origen del problema el sacarse fotos queda bien, pero no sirve para nada, mas es opinión claro, fuera aparte de que si te interesa realmente el asunto poco tiempo te queda para avisar a la prensa y sacarte las fotos.

      Abrazos mozalbete.

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  7. 23/06/2013 a las 14:23

    La historia del deporte esta llena de anécdotas deliciosas. Gracias por ésta.

    ¿Tú «pinchando» Anastacia? Este domingo promete 😉

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    • 23/06/2013 a las 22:09

      No es que siga mucho a la chica, pero hay canciones en las que su voz te llega, como en esta, me parece un temazo 🙂

      Abrazos.

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  8. 23/06/2013 a las 15:21

    No todo es lo que parece.

    Gracias por otra nueva lección de historia y deporte.

    Un abrazo.

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    • 23/06/2013 a las 22:10

      Y a veces es todo lo contrario a lo que parece, que es lo acojonante del tema este, aunque es de perogrullo que si no llega a ser la bandera del régimen no hubiera podido hacer lo que hizo.

      Abrazos.

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  9. 23/06/2013 a las 17:25

    ¡Querido Dessjuest!
    Me has entendido perfectamente 🙂
    Siempre he pensado que los ciclistas, todos, merecen un monumento por el sufrimiento que su deporte favorito les hace pasar. Pero es que luego hay gente como esta de la que hablas aquí… punto y aparte.
    Besos.AlmaLeonor

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    • 23/06/2013 a las 22:13

      Las gestas deportivas al final se premian con trofeos y triunfos, no creo que merezcan más reconocimiento, fuera aparte que la inmensa mayoría de triunfos deportivos tienen detrás su pequeña trampa, este caso es bien distinto, fue leerte aquella entrada y acordarme del salvador de judíos, que es como se le llama ya al hombre este 😀

      Besos Almita.

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  10. 23/06/2013 a las 18:34

    Miguel lo clavó: que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Este hombre es uno de esos que supo cómo ejercer de ser humano.

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    • 23/06/2013 a las 22:14

      Totalmente de acuerdo, aunque es nuestra obligación, en general, reconocer estas cosas cuando se conocen 🙂

      Abrazos.

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  11. 23/06/2013 a las 20:30

    Jo, qué historia tan bonita nos has contado. Un abrazo.

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    • 23/06/2013 a las 22:18

      Una gran historia de heroísmo anónimo, por parte de un tipo que lo tenía todo, era una grandísima estrella, de hecho sigue siendo uno de los ciclistas con mejor palmarés de toda la historia, abrazos y gracias.

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  12. 23/06/2013 a las 20:42

    Bonita historia, que yo también desconocía. Estoy de acuerdo en que son estos héroes desde el anonimato los que merecen un monumento.
    Un abrazo.

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    • 23/06/2013 a las 22:20

      Y una historia que tiene tantos interrogantes todavía que la hace aun más atrayente, abrazos y gracias por la visita mozo.

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  13. Karmel
    23/06/2013 a las 22:17

    Me ha emocionado hoy tu relato, apenas había oído hablar un poquitín de su historia, quiero recordarte que en mi casa he oído hablar de Merk que dicen era el rey del ciclismo entre otros, de Cpi…pero esta historia que nos has contado, es increíble y este sí que verdaderamente es un gran héroe, ¿Cómo es posible que hubiera estado guardado durante 60 años?
    Este si es un ejemplo a seguir, un gran deportista, un héroe, un gran hombre, evitando que 800 judíos hicieran el viaje a algún campo de concentración de los alemanes gracias a las piernas de Gino Bartali. Preciosa la historia.

    Hoy tu relato, me ha emocionado, un hombre con una vida y una historia de leyenda más allá del deporte. Compararle con los ¿deportistas? multimillonarios, que…bueno, pues eso que son odiosas.

    Un beso grandote bien merecido.

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    • 23/06/2013 a las 22:23

      Merckx tiene un palmarés que vaya, no se superará nunca, es imposible, es el mito ciclista por excelencia, este no llegó a tanto, aunque junto con coppi firmó más de una página legendaria y hay que tener en cuenta que la guerra fue justo en medio de su carrera, por lo que es de suponer que de no haber habido guerra sus triunfos hubieran sido muchos más, después del 45 siguió ganando, el Tour entre otras cosas.

      Pero claro, todo eso comparado con la historia esta hasta carece de importancia 🙂

      A mí me emociona el solo verte 😀

      Besos preciosa.

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  14. 24/06/2013 a las 08:54

    Un relato precioso y ejemplar. Hay personas que utilizan su fama para ayudar a los demás, como es el admirable caso de Bartali. Deberíamos encumbrar a estas excelentes personas. Tus palabras…tu forma de expresarte me encanta. Besos y feliz día. Elssa Ana

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    • 24/06/2013 a las 12:24

      Y una historia atrayente por lo mucho que queda por descubrir de la misma, abrazos y gracias por los halagos querida mia 🙂

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  15. 25/06/2013 a las 00:01

    Un Schlinder sin el tribhto de Spielberg… bien interesante la historia
    Y Anastacia ni te cuento. me encanta el estilo duro de esta chica. Saludos!

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    • 25/06/2013 a las 14:14

      Más parecida a Schindler fue una polaca de la que hablaré en un mes más menos, pero vaya, que el fin era parecido.

      Besotes.

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  16. 25/06/2013 a las 12:00

    Chapeau por Bartali. Pena que fuera tachado de todo lo contrario, pero ya llegará el hijo de Spielberg a hacer una lista de Bartali en bicicleta, fijo. Por cierto, sobre Schindler dicen que el mérito no fue exactamente de él si no su mujer.

    http://www.oocities.org/capitolhill/1286/notaschindler.htm

    http://edant.clarin.com/diario/2001/10/07/s-05401.htm

    Ya podías arreglar esto en condiciones haciendo una entrada, no?

    🙂

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    • 25/06/2013 a las 14:20

      Pues sí, debería hacerla y se hará, realmente Schindler distaba mucho de ser como lo pintan en la peli, aunque él poca culpa tenía claro, la culpa es del Tito Spielbert, que vaya, dicho esto se marcó un peliculón impresionante, aunque para mí «El Pianista» está a su altura o incluso un peldaño por encima.

      Besotes querida.

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      • 28/06/2013 a las 12:50

        Si, el Pianista está genial también. Lo peor que llevo de la Lista de Schindler es la panzá a llorar que me meto en cuanto oigo ese violín. Será la sangre judía que corre por mis venas…jaja

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        • 28/06/2013 a las 12:57

          Hombre, es una peli hecha por y para llorar, Spielberg controla esos tiempos muy bien, por eso me parece más sincera la del pianista, no tan efectista vaya.

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  17. 25/06/2013 a las 16:30

    Me ha gustado mucho esta parte de la historia, que como tantas otras conozco gracias a ti, Q Dess, porque no es que no me interese la historia, es que nadie me la ha contado de forma tan interesante como tú lo haces…
    Me has dejado reflexiva… ¿y si no fuese ni por fe ni por ideales?… solo porque era una PERSONA con todas sus 7 letras, de las que tienen conciencia y su única recompensa es tener la satisfacción de haber hecho lo correcto? 🙂

    No le tengo a mano, pero te tengo a ti para dejarte mis besitos y desearte una feliz loquequedadesemana 😉

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  18. 26/06/2013 a las 03:59

    La vida esta llena de labores oscuras que debían de ser supernovas. Desgraciadamente también de supernovas, que mejor que se quedaran en esa perpetua oscuridad.

    Cuídate campeón, joer como amas el ciclismo en cada letra se nota la pasión, aunque en realidad no sea el tema principal. Cuidate

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    • 26/06/2013 a las 11:49

      No, el ciclismo es secundario, pero a la vez principal, si no hubiera sido una estrella del ciclismo no hubiera podido hacer lo que hizo, pero vaya, que la competición en sí desde luego era lo de menos.

      Abrazos maestro.

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  19. 28/06/2013 a las 08:52

    Todo actor, perdón, todo campeón, tiene sus momentos de debilidad, de extravío, y era en aquellos cuando Bartali, llamado «El Piadoso», aparecía, de repente, rodeado de luz, saliendo de entre las sombras de los bastidores, de una oscuridad que no sólo le complacía sino en la que a veces se refocilaba. Recordemos una historia significativa, aquella que le vinculó a Giovanni Valetti ganador del Giro de 1938- Bartali no participó- y 1939, después de un duelo excepcional con «El Piadoso». Un duelo, no en el sentido teatral de la expresión, sino en un sentido literal del término.

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  1. 23/06/2013 a las 00:05
  2. 19/07/2013 a las 00:01

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