Y el chaval aprendió a matar zombis.

Pues toca tercera temporada de «The Walking Dead», la de los zombis, las anteriores temporadas la verdad es que no me dejaron gran sabor de boca, pero en fin, que cierto es que los caminantes estos tienen su encanto, sobre todo por lo frágiles que tienen las cabezas y como piensas que peor no puede ser pues nada, a ver la tercera como un campeón.

Recordemos que es una serie creada por Frank Darabont, aunque este ya se desvinculó del proyecto, para AMC, basada en un famoso cómic que por supuesto, es mucho mejor que la serie, dónde va a parar la cosa, no los he leído, pero queda culto decir esas cosas, ya sabes, recordemos también que el reparto pues eso, con los de siempre encabezados por Andrew Lincoln y su churri, Sarah Wayne Callies, ya sin recordar, porque son novedad, pues eso, algún personaje nuevo, apuntamos los nombres de Danai Gurira («Treme») y David Morrissey.

Lo primero que llama la atención es el chaval, el hijo del prota, joder como se cepilla a los bichos, se los cepilla me refiero a que los mata, ojo con las confusiones del idioma, recordemos que es una serie para todos los públicos, con lo que sí, sangre y vísceras podemos tener, niños machacando cráneos está bien, pero ni mean, aquí no tetillas ni follamientos, por favor, ah, y que han cambiado los títulos de crédito, en mi opinión a mejor.

El chaval da un salto en su madurez importante, por lo demás pues hay un cambio, los zombis dejan de ser el enemigo, normal, no hay cosa más tonta que un zombi, salen, salen mucho, pero la mayoría de las veces ni caso les hacen, machacan un par de ellos y a otra cosa, ahora el enemigo es el ser humano, unos contra otros, a los bichos caminantes como mucho se les usa de mascotillas, de armas para juguetear y demás.

Ese personaje nuevo, el que interpreta Morrissey, es de lo más potable de la temporada, por fin alguien con un poco de carisma, a ver, esto es como las pelis de Antena 3 de las sobremesas de los sábados, esas de la niñera mala, que engaña a todo el mundo menos a la mujer, no es que sea la polla de original el personaje, pero se agradece, porque acabas de buen rollo y de personajes agilipollados hasta los witos, el derecho y el izquierdo, Gurira por su parte interpreta a una muchacha negra que va con sendos zombis por ahí con su espadón cercenando cabezas de otros zombis.

Ojo, «cercenando», es que es la polla esto, aprendes hasta vocabulario, espera, eutrapelia, pedazo palabra, la acabo de buscar en el diccionario para ti, para que te quejes.

¿Mejor que las anteriores temporadas?, pues partiendo de la base de que eran una puta mierda sí, algo mejoramos, al menos tiene ritmillo y algo más de acción, ¿qué problema hay?, que no da, que no da ni por asomo, espera que busque un sinónimo de asomo. No da ni por barrunto para 16 episodios, hay mucho relleno, encima que hay comportamientos en los personajes que no son ni medio normal, no te los crees ni harto a vino, sigue el tema teniendo escenas a montones, escenas en acervo que mueven a la risa de lo inconsistentes que son, ni mi abuelo, perdón, que lo de mi abuelo es ser incontinente.

Encima acaba mal, no funciona ni como final de capítulo, de temporada menos, esto es como cuando quedas con una chavala y le aguantas el chapón de «mi novio es idiota e insensible» haciéndote pasar por tipo de fiar, con el ánimo de zumbártela cuando acabe y cuando acaba se va y te tienes que hacer una gayola, lo mismo, tú mismo o tú misma, ¿te gustan los zombis?, pues a verla, ¿te da igual ver a una tía atada frente a un moribundo que se convertirá en zombi y la matará y en vez de ponerse ya mismo a intentar escaparse se lía a hablar con el herido?, pues si disfrutas de escenas sin sentido como esa te gustará «The Moñas Dead».

Pues quedamos con la posdata ya, Serenity, el tema, «Velatum».