Otro caso de Flanagan y Merikeit.

Pues volvemos a jugar a los detectives, no es la primera vez, de ahí lo de «volvemos», ya antes tuvimos dos casos de estos, entretenidos como pocos, si quieres echarlos un ojo pincha aquí y aquí. De todas formas te contaré en qué consiste brevemente.

Yo te cuento una historia, pero te cuento parte de una historia, se trata de descubrir el resto, ¿cómo?, pues haciendo preguntas, eso sí, hay normas, las preguntas deben formularse de forma que se puedan responder con un «sí», un «no» o un «nos la suda», sinónimo culto para «me es indiferente», «carece de importancia» o «me ronca el churro» que se decía en mi barrio.

Y una vez dichas las normas pues los consejos, que se resumen en uno, no des nada por sentado, como bien se pudo comprobar en alguna de las anteriores historias, es mala cosa esa, este caso además es uno de los clásicos de ese programa llamado «Si amanece nos vamos» de la cadena SER, digo esto porque es probable que lo sepas, si es asi pues o bien te callas o bien ayudas haciendo alguna pregunta que creas que ayudará al resto a resolverlo.

Sin más dilación la historia a completar:

Flanagan está ahí ejerciendo la noble labor de mayordomo, hacía poco que trabajaba en esa su actual casa, que no era su casa, era donde trabajaba vamos, estaba ahí en la planta baja, que era la de abajo, no que fuera más baja que la de arriba, cuando escuchó de esa citada planta de arriba un ruido.

Subió las escaleras corriendo, entró en una habitación y se encontró a Merikeit muerta, en el suelo, rodeada de agua y cristales rotos.

¿Qué pasó?, venga, ánimos, para pensar nada mejor que la compañía de Helloween, Helloween siempre suele incluir en sus discos algún tema distendido, divertido, «happys» que se dice, «Perfect Gentleman» es ejemplo de ello, tema que tuvo segunda parte años después, en el album «Seven Sinners» y que tarde o temprano aparecerá por aquí.

Pues ya tenemos solución, la cual paso a explicar ahora detalladamente:

Merikeit es una dulce pececilla de colores, está ahí a su bola en la pecera cuando se abre la ventana por un golpe de viento y esta, la pecera cae al suelo, Merikeit asustada intenta gritar avisando a Flanagan, pero como es un pez no sabe hablar ni gritar.

Acojonada se dice a ver si tendrá algo en los bolsillos que le pueda ayudar, pero coño, es que no tiene bolsillos, y además, si se ha quedado sin brazos, y sin brazos no puede entrar a google a mirar soluciones, ante lo precaria de su situación decide suicidarse ahorcándose, pero es que ni cuello, se resbala de la cuerda.

Arrastrándose con sus dulces aletitas llega al cajón de las facturas y cuando ve lo que ha costado el recibo de la luz entonces ya sí, le da un soponcio y la casca, a todo esto Flanagan, que estaba con una revista porno en la parte de abajo oye el ruido, pero se la pela (literalmente) y para cuando quiere llegar pues eso, que es tarde.