Coppi y la década de los 50.

Vamos con una nueva entrega de la historia del
doping en el ciclismo, sí, hacía tiempo, afortunadamente añadirías, vale, pues vuelve mañana qué sé yo, en realidad una vez dejado claro en anteriores entregas que esto del dopaje en el ciclismo es más viejo que mear de pie ahora voy a centrarme en exclusiva en los casos en los que no medió positivo alguno. Evidentemente los controles nacieron mucho después del doping y más evidentemente han ido también evolucionando, pero la cosa es demostrar que cuando alguien exculpa a un ciclista, en este caso o deportista en general, con la falacia de que «no ha dado nunca positivo» en realidad está haciendo un monólogo, por pequeño que sea, del humor más descacharrante que existe.

Uno de los grandes mitos del ciclismo, Fausto Coppi, «la bomba», así llamaba a lo que admitió en una entrevista en el año 49 que usaba recurrentemente, más bien «cuando era necesario», y hablo literalmente, a lo que añadió, «es decir, casi siempre», se refería a una mezcla de sustancias usada en la guerra, en las tripulaciones de los submarinos y que tras la contienda encontró clientela entre los deportistas profesionales.

Mont Ventoux es un monte mítico del Tour de Francia, mítico entre otras cosas por ser el escenario de la muerte del británico Simpson, años atrás, en 1955, en ese mismo escenario, el francés Jean Malléjac fue víctima de un episodio bastante similar, mareos, desmayo y estado de coma, por fortuna sobrevivió, este caso viene bien porque es ejemplo claro de otra falacia, la de «es que no me dopé yo, me doparon contra mi voluntad», ese fue su argumento, que mantuvo hasta la muerte, como si meterte tanta mierda en el cuerpo pudiera hacerse sin tu consentimiento.

Otro caso recurrente es cuando un equipo entero es víctima de una contaminación alimenticia, intoxicaciones que nunca quedan claras, 1956, el equipo nacional belga inauguró el capítulo de abandonos masivos en el Tour, víctimas en teoría de esas intoxicaciones que sólo afectaban a los ciclistas, nunca a directores, mecánicos, masajistas y demás que compartían comidas con ellos. En esa misma década dos ciclistas famosos tuvieron su pequeño escándalo, Roger Rivière, quien admitió el uso del doping en un record de la hora y el también mítico Charly Gaul, quien fue sorprendido en el 59 en la aduana con pastillas, entiéndase por pastillas que no eran aspirinas vaya.

Riviére fue protagonista también por reconocer en su retirada que alguna caida bajando puertos del Tour bien pudiera ser debida al uso de pastillas usadas para disminuir los dolores de caídas previas, por falta de sensibilidad en las manos y falta de control sobre los frenos, de cualquier manera este hombre se confesó de lo lindo cuando acabó su carrera, admitiendo el uso masivo de sustancias dopantes durante toda su trayectoria profesional.

1960, volvemos a otro tema recurrente, el de la barra libre, ¿por qué estoy en contra?, pues por temas como el siguiente, Knud Enemark Jensen, (en la imagen) Juegos de Roma, el danés participa en los 100 kilómetros contra el reloj, se derrumba, se fractura el cráneo y muere, en la autopsia se detectan sustancias dopantes, su muerte fue usada como toque de atención sobre la nula efectividad de los controles antidoping, efectividad que la verdad, nunca fue grande, cuando alguien dice «bah, pues ya que no podemos acabar con el dopaje mejor dejémosles» en realidad está diciendo que no hay que prevenir este tipo de casos, algunos muy recientes en el tiempo.

En ese mismo año Gastone Nencini fue también noticia, es el primer caso realmente documentado de transfusión sanguínea en el ciclismo, práctica eso sí, por entonces legal, más que legal alegal, el método era viejo, databa de los años 30 y comenzó a ser usado en los países nórdicos, pero como digo es el primer precedente de un ciclista de renombre en una cosa, lo de las transfusiones, que también han causado recientemente alguna que otra desgracia y que nunca han podido ser del todo erradicadas.

Yngwie Malmsteen para la posdata, el veterano guitarrista sueco, Steeler y Alcatrazz son algunas de sus bandas más conocidas, pero también hizo trabajos en solitario, con temas como este «As Above, So Below».