«The Newsroom», el periodismo al desnudo.

Tenía ya ganas de echarle un ojo al último proyecto de esa divina casa llamada HBO. «The Newsroom» se llama el invento, Aaron Sorkin es el hacedor de la cosa, tiene el tipo este el precedente de esa serie llamada «El ala oeste de la Casa Blanca» y el ser guionista de «Algunos hombres buenos». Más que el que venga de él lo que me hacía esperar esta serie con tantas ansias es el último precedente en esto del periodismo en la tele que tuve ocasión de ver, esa quinta temporada de «The Wire».

Jeff Daniels encabeza el reparto, en el que tenemos gente como Emily Mortimer, que era la pija de la para mí mejor peli de Allen, «Match Point», Alison Pill («Los Pilares de la Tierra»), Dev Patel (el prota de «Slumdog Millionaire») y entre otros el veterano Sam Waterston («Ley y Orden»). Buenas críticas y buena recepción por el público, lo cual también ha propiciado algo que se veía venir, que sea ya prorrogada para una segunda temporada, ah, que esta es de esas series cortitas, diez capítulos.

Bueno, la primera impresión, la que sacas en el piloto, es que no parece esto una serie HBO, no ya por la anécdota, la falta absoluta de dos señas de identidad del canal, sexo y violencia, sino por el ambientillo, aquí no aparece la redacción en plan cutre, sino todo lo contrario, no conozco ninguna, sí la de algún periódico y la verdad es que tanta modernez y tanto medio a disposición pues eso, que no te lo crees mucho. Luego el casting, pues lleno de chavalitos y chavalitas de buen ver, jovencitos, superpreparados y eficientes, tampoco por ese lado la cosa te convence.

La idea es, a través de la serie, lanzar un canto al periodismo de verdad, a la información rigurosa, objetiva, seria, alejada de intrascendencias, de modas y de cuotas de pantalla, evidentemente con sus enemigos dentro y fuera de casa, eso si, en la redacción todos son unos tipos y tipas de puta madre, que se apoyan hasta caer en la vergüenza ajena.

Claro, leyendo eso puedes llegar a una idea equivocada, que la serie no me gustó, pero deséchala, porque me gustó, y mucho, porque a pesar de algún defectillo tiene muchas virtudes, el ritmo, bastante bueno, ágil, más de lo que suelen ser las series del canal, hay mucha química entre los personajes, bastante bien perfilados en su mayoría, con algún momento brillante, se nota que Sorkin, quien escribió prácticamente todo el guión de la serie, sabe hacer su trabajo.

Y la historia en sí, cierto es que para algunos puede resultar partidista, cierto es que carga sobre cierta parte de la política norteamericana en exclusiva, pero a grandes rasgos es fiel reflejo de las dificultades de los medios para hacer una información como dios manda, por los intereses comerciales del propio canal, «los de arriba», que son los malos en un ejercicio de escasa imaginación, por las cuotas de pantalla, los dichosos «shares», que al final mandan en un medio privado que vive de la publicidad, por tantas cosas.

Es un vehículo curioso para ver cómo se cubren noticias, las fuentes de información, la mesa de producción, todo el capítulo de cómo funciona la redacción de noticias de un canal de televisión es, a mi juicio, apasionante, y luego hay un tema en el que se sale.

Es en la crítica feroz a esa tele de cotilleos, hasta el punto de no considerarlos ni periodistas, el cómo vivir evitando esos temas, el cómo hacer una tele no pensando en lo que interesa a la gente (mierda mayormente) sino en lo que debería importarles, sacando la gente adecuada en pantalla y haciendo las preguntas adecuadas para destapar la verdad del asunto, una verdad que nos la pela, en general, puesto que lo que interesa es a quién se folla el famoso de turno.

Y otro capítulo al que dan caña, lo mejor para mí, es otro asunto que pasa más inadvertido en cuanto a la crítica, porque todos ponemos a parir a los cotilleos pero luego «Sálvame» destroza audiencias, me refiero a esos casos de asesinatos mediáticos, madre asesina de sus hijos por ejemplo, algo bochornoso a mi juicio, esos juicios paralelos que se montan en los medios, manipulando las informaciones, hasta la edición de los videos, eso es algo que nadie suele criticar, que desde luego todos vemos, y que en la serie tratan de maravilla.

Al final hay algo que se cumple, lo suelo decir siempre, tenemos la tele que nos merecemos, nos quejamos de que es una mierda pero luego si no nos dan mierda cambiamos de canal para verla, en «The Newsroom» eso se cumple también, al final, bajo una apariencia blanquita, la serie logra su objetivo, ser una crítica feroz no solo hacia los medios de comunicación, sino principalmente hacia nosotros, hacia quienes los vemos, que somos una panda de hipócritas de cojones.

Dünedain para la posdata, el tema, «Valor»