«True Blood» y la vuelta a los orígenes.

Pues nada, que me he visto la quinta temporada de «True Blood», la serie que Allan Ball, creador de esa maravilla llamada «Six Feet Under», hizo para la HBO, de las anteriores ya te conté en su momento, aquí y aquí, veníamos de una cuarta temporada desesperante casi, donde aparecían bichos raros a tutiplén, perdiendo la cosa claramente la esencia, ser una serie sobre vampiros.

Así pues uno esperaba con ansia esta nueva entrega, donde se suponía que esos, los vampiros, volverían a ser los protagonistas casi absolutos del asunto, dejándonos de hadas y chuminadas, coño, que daba la sensación de que de seguir a ese ritmo aparecerían ya gnomos, trolls, los tres cerditos y hasta algún ser en extinción como periodistas objetivos. Es curioso lo de esta «True Blood», no alcanza ni de lejos la calidad de otras series hermanas de canal, pero engancha que no veas, si no te la tomas en serio es disfrutable como pocas, escenas que se pasan volando, acción a raudales, ritmo desenfrenado, sangre y sexo más o menos explícitos, hasta la música influye en que todo transcurra con una agilidad fuera de lo normal.

El reparto, pues tenemos a los habituales, Anna Paquin, Stephen Moyer, Sam Trammell, Ryan Kwanten, Nelsan Ellis, Rutina Wesley, Alexander Skarsgård y Deborah Ann Woll, como en el resto de temporadas aparecen personajes nuevos y por lo tanto actores y actrices nuevos, principalmente todos tienen algo en común, unos cuerpos de escándalo, joder, hay alguna vampiresa que se las trae, pero en esta aparece brevemente una «mujer lobo» que vaya, le daba yo galletitas y la adoptaba para una buena temporada.

Entre los nuevos pues destacar la presencia de Christopher Meloni, que interpretó a uno de los personajes que más huella dejaron en la arriesgadísima «OZ», Lucy Griffiths, pedazo pivón que es la Lady Marian en la serie «Robin Hood» o la italiana Valentina Cervi. Pero aparte de estos nuevos hay sobre todo dos retornos de los sonados, el reverendo antivampiros Steve Newlin (Michael McMillian), convertido ahora en uno de ellos, y Russell Edgington (Denis O’Hare «American Horror Story», cuya segunda temporada espero con verdaderas ganas).

Sí, lo prometido se cumple, los vampiros vuelven a ser los auténticos protagonistas de la trama, siquen por ahí bastantes de los demás bichos raros, pero lo dicho, lo importante son los vampiros, la lucha de poder entre ellos, desde las más altas esferas a los nuevos convertidos, como eso es lo que te interesaba y contando con las muchas virtudes de la serie pues vas viendo los capítulos casi devorándolos, ya te digo que hay muy pocas series que te enganchen tanto ofreciendo unos guiones en principio tan risibles.

Podría hablar de cierta evolución de los personajes, de que sigue siendo la cosa una orgia constante, de que sigue siendo la cosa una carnicería constante, o más aun que en temporadas anteriores, de la velocidad de sus tramas, de como se cierran y abren sin espacio al aburrimiento, pero para qué, lo resumo diciendo que es de largo la mejor temporada de la serie hasta el momento, lo que hace que uno espere esa sexta temporada con verdaderas ganas.

Iced Earth para la posdata, el tema, «Anguish of Youth».