«The Killing», el desenlace.

A ver, concreto, técnicamente desenlace ya sabemos todos que es un divorcio, «des-enlace», y todo lo que empieza por «des» suele tener escaso atractivo, menos «Dessjuest», que irradia encanto, pero no, «desenlace» en este caso se refiere a que voy a hablarte de la segunda y última temporada de «The Killing», la serie de AMC, remake de una vikinga, «Forbrydelsen», de su primera temporada ya te hablé. Chica asesinada, investigación, politiqueos y tal, se trataba de ir mareando la perdiz, haciéndote ver que el asesino es tal y luego resulta que no, que es Pascual, hasta que tampoco, coño. Alguna reflexión con cierto tino y una ambientación cojonuda, poco más.

Encima esta segunda entrega la tenía yo preparada con mucho miedo, tengo un compi que vaya, si te dice que una peli o serie «está guapa» échate a temblar, pero es que de esta me dijo literalmente que «está superguapa macho, de puta madre, acojonante, mucho mejor que la primera», por lo que evidentemente qué esperar, un truño de cojones.

Ojo, que digo segunda y última, pero cuando escribo esto los rumores de una tercera entrega son ya algo más que rumores.

Bueno, recordar que Veena Sud es el hacedor, que Mireille Enos, Billy Campbell, Joel Kinnaman, Michelle Forbes y Brent Sexton son los actores principales del asunto y que veníamos de uno de esos finales tan cabreantes, con un «¿lo mata o qué coño pasa?» y un «mira qué hijoputa el compi de la prota», sin que te hicieran sospechar nada del cabronismo del mozo, que es lo que cabrea, aun así, aun manteniendo toda la trama inicial, la investigación y tal, la sensación que te da la cosa es que ahora el tema va a ir mucho más por las intrigas políticas que por otro lado.

Tenía yo leídas críticas a esta segunda temporada, en su gran mayoría malas, alguna la tachaba incluso de «broma pesada», bien, voy a empezar por todo lo malo, que lo hay y en abundancia.

Dispersa, la serie es demasiado dispersa, salen muchas cosas que en principio te la sudan, a quién se zumbe la madre de la chica muerta, los problemas familiares de esa familia, los hijos, la escuela de estos… sobra todo, no aporta nada, porque lo importante es quién mató a Rosie, la campaña electoral, lo mismo, nos descentra, la vida personal de la prota, idem de idem, nos la pela, hasta meten ahí a la mafia polaca de por medio, amén de unos indios casineros hijoputas que no hacen más que joder y joder.

Todo encima con el mismo juego, hacerte ver diferentes culpables para luego «oh vaya, si no es», hay muchas cosas que te chirrían, no entraré en explicaciones porque si vas a ver la serie te la destrozaré, pero no hay lógica, en la intención de hacer parecer culpable a uno meten cosas sin sentido, ¿para qué va a hacer tal cosa Fulanito si no es culpable?.

Pero vaya, que también hay cosas buenas, la química entre la pareja de inspectores que investigan el asunto sigue siendo brutalmente buena, y si la serie se limitara a la investigación pues sería realmente buena, al final claro, para qué engañarnos, el asesino es quien menos te esperas, como siempre, y cuando le descubren y ves que queda mucho para acabar… pues eso, que otra sorpresita, abusa de estos temas, pero a pesar de todos sus defectos me gustó y bastante, hasta el punto de recomendártela si no la has visto, advirtiéndote de que los primeros capítulos de esta segunda temporada se hacen pesaditos, por contra los finales.. pues eso, que son mucho más que dignos.

Platero y Tú para la posdata, uno de sus temas más poéticos y sentidos, «Me dan Miedo las Noches».