Como conseguir, y conservar, a un hombre.

Bien, como veo que hay mucho desconocimiento de la figura masculina entre las damas, como veo además que os cuesta horrores conseguir un hombre como Dios manda, y mucho más mantenerlo, os voy a dar unas pautas de comportamiento para corregirlo, esperando que tengáis éxito al ponerlas en práctica.

Primero y fundamental, hay que conocer cómo es un hombre, queridas, es sumamente fácil, el hombre, sencillo, es tan famoso el asunto que duele repetirlo, pero es que parece que de tan sencillo se os olvida, a ver, un hombre sólo necesita dos cosas para ser feliz, sexo y dejarles en paz el resto del tiempo, creo que ya te lo he contado alguna vez, tenía yo un amigo que decidió que era mejor cagar que hacer el amor porque decía que asi al menos al acabar no tenía que abrazarse a la taza ni decirla cuánto la quiere. Sexo, sin más, nada de cariñitos, besitos, abracitos y chuminadas, follar vamos.

Porque sí, debéis interpretar todo lo que digamos por el lado sexual, que decimos…»qué suaves tienes las manos», pues pensamos en una paja, ni más, «qué boca más sensual», mamada, no os quepa duda, «qué pechos más aterciopelados»… bueno, aquí pueden ser dos cosas, una sí, en efecto, también directamente relacionada con nuestro miembro viril, pero también en coger el pecho de turno, empezar a mordisquearlo y ala, todo para dentro poco a poco, «a vez zdi mes zcahbe entedo ed da boca..».

Claro, hace mucho daño ver tanto hombre que va de sensible, de poeta, diciendo cosas bonitas, hace daño a vosotras claro, porque pensáis que no todos somos iguales, no, ellos también os quieren meter el lomo y dejarlo ahí en adobo, venga chavales, no seáis falsos coño, no seáis crueles, os las queréis zumbar, sed sinceros.

Por lo tanto ya sabéis, follar y dejarnos en paz el resto del día, sencillo ¿verdad?, pues como decía a pesar de ser tan sencillo os empeñáis en complicar las cosas, así que el resto de la entrada versará sobre lo que NO hay que hacer. Empezamos por esa manía que tenéis de hablar, todo hay que hablarlo, que no, no es necesario en absoluto, «es que nunca preguntas cómo estoy» decís, claro, normal, ¿cuántas veces preguntas tú cuánto es dos mas dos?, sí que preguntamos cómo estás, pero a la tercera vez que respondes «cansada» pues dejamos de hacerlo, para qué, si sabemos la respuesta de sobra, variad coño, «¿cómo estás cariño?»…. «cachonda»… ¿ves?, así sí, ahí ya tenemos opciones de que te preguntemos cómo estás.

Más cosas que debéis tener en cuenta, somos como somos, no puede ser que nos digas, «eh, vamos a la playa», nosotros razonemos…»¿a la playa?, si está llena de arena, no tiene sombra, el agua sabe mal, hace calor y cuesta un huevo aparcar», nada, por vuestros huevos a la playa, pero claro, llegamos a la playa y hay lo que hay, carne, tetas, culos, y miramos, «¿quieres dejar de mirar que te las estás tirando con la mirada salido de mierda?». Claro, a la señorita le molesta, coño, pues no nos lleves, si sabes que no podemos evitarlo, es como llevarnos a una mariscada y no dejar que miremos ni una gambita, haceros una idea, es como llevaros a vosotras a un centro comercial y no dejaros ver un puto escaparate.

Recordad, dos puntos, follar, dejarnos en paz, sencillo, ¿por qué os empeñáis en olvidarlo?, estás ahí en el sofá tumbado, ya empiezas, «¿qué, no vamos a hacer nada hoy?», «vale, ¿vamos a echar un polvo?», y os cabreáis, ¿por qué?, porque olvidáis las dos reglas básicas, vete con tus amigas, nos la suda, con el sofá nos arreglamos bien, pero no hagas preguntas absurdas, de las que deberías saber la respuesta.

Y luego, evitad ser tan egoístas coño, no respetáis ni las sagradas normas de la cuadrilla, en la cuadrilla cuando la chavala de uno está enferma, con la regla, con lo que sea que la hace indisponible, se ofrece a las de los demás, es solidaridad, hoy por ti y mañana por mí, pero claro, os sienta mal, hasta (incomprensiblemente) os enfadáis, nos llamáis enfermos, claro, es difícil mantener una relación cuando tú pones lo mejor de ti y vosotras no hacéis ni un mínimo esfuerzo.

Vale, ya sabéis, queridas, lo que hay que hacer, poco, porque poco es lo necesario, sabéis además qué no hacer, importante, es tan sencillo que lo más difícil es eso, evitar las cosas innecesarias, pero, claro, tú seguro que no te conformas con el aprobado, quieres el master, ¿qué hacer para lograrlo?, un pequeño truco, llamar a mamá.

Evidentemente con «mamá» nos referimos a la madre de él, quien más y mejor lo conoce, llámala, pídele consejos de cómo cuidarle, de cómo hacerle la comida, la de lentejas y eso, las otras comidas evita comentarlas con esa santa, quiérela como él la quiere, ella es «mamá» y la tuya debe pasar a segundo plano, claro, si eres tan egoísta como para poner a tu madre por encima de tu amado pues no te quejes luego de que no te duran y vayas llorando a tus amigas, «es un cerdo asqueroso bua bua», para que esto de la pareja funcione debes poner de tu parte cosas.

Obviamente estarás pensando que hay muchas mujeres que sin necesidad de todo esto tienen un hombre en su vida, claro, pero es que esas no necesitan consejos, son esos seres malignos, que con artes malignas, trucos malignos y unas tetas como piedras logran embaucar al pobre hombre de turno haciendo de él un sumiso corderillo presto a satisfacerla en todo, pero estas son excepciones, apenas suponen el 99,99 % de las mujeres.

Bien, espero que os haya servido para tener más claro el asunto, de nuevo Helloween para la posdata, «Wake Up The Mountain»