Qué envidia tienen de nuestros gloriosos deportistas.

Bueno, acaba aquí, con esta entrada, ese intento absurdo por caerte mal, he de decirte una cosa, cuando escribo esto no sé de la eficacia de este intento porque no sé cómo habrán salido los otros post de este objetivo, el machista asqueroso, el de la peli desconocida y el de la entrada sin chispa de humor, bien, en todo caso creo que este sí que por sí sólo podría lograr la meta.

Porque voy a hacer algo que hacía meses que no hacía, la entrada de turno de barra de bar, creo recordar que la última fue aquella de los políticos, pero ahora en vez de hablar de esa especie a quien todos odiamos lo haré de otros a los que veneramos, a los deportistas, pero no a ellos directamente, sino a nosotros, bueno, a todos menos a mí que soy perfecto.

Bien, de un tiempo a esta parte uno la verdad, alucina, es raro el día en el que no estés tú ahí, tomándote un cafelillo, descansando de la rutina diaria y no escuches a tu lado cómo ensalzan el último gran éxito de Nadal, de Fernando Lloronso, de nuestra selección de fútbol y demás, henchidos de orgullo y satisfacción, cual campechano casando a su heredero con la periodista seminueva. A ver, no hay nada malo, en tiempos de crisis está bien tener algo que nos ilusione, siempre que no nos ceguemos claro, pero es que la cosa no acaba ahí, es que la coletilla es… «Y que se jodan los (franceses, alemanes, chinos, pakistaníes, habitantes de las Islas Virgenes del sur…).

Porque sí, no nos basta con ganar, hay que ir de sobrados, ¿que nos critican?, puta envidia, que nos tienen envidia coño, está todo el mundo tan asombrado de nuestros éxitos deportivos que se les indigesta la sopa, ya ni follan, «cariñen ¿no hacemen flujen-empujen, topadentren?», «NEIN NEIN NEIN, españolen, amargeiten cópulen, envidien cochinen», estamos más preocupados de que se evidencie la envidia que nos tienen que de disfrutar de lo nuestro. Claro, a ti se te ocurre un día, menuda idea de bombero, comentar, si ahora que nosotros tenemos éxito en los deportes los demás nos envidian… antes, cuando no ganábamos más que la medalla de marcha en los Juegos debíamos de tener muchísima envidia por ejemplo de… ejem… de los franceses.

«UNA MIERDA», ¿envidia a esos???????», no, qué va, nosotros nunca envidiamos, el resto a nosotros sí, aunque no lo reconozcan, porque si nos ganan siempre es por el árbitro, si nos quitan un Tour porque Contador da positivo es por una conspiración internacional de putos envidiosos que no saben cómo putear a nuestros campeones (de los que nos creemos cualquier explicación por estúpida que sea), ahora, cuando es el caso contrario, que se lo quitan a Landis para dárselo a Pereiro, portadón en el Marca, nueva gesta, con dos cojones.

Pero, es que hay más, no me mates, pero te voy a decir una cosa, lo de que somos una potencia deportiva no es sino una mentira más, mentira que nos creemos porque cuando se quiere creer en algo ni te planteas el por qué, alimentada por unos medios de comunicación que han perdido toda capacidad de crítica y análisis excepto cuando se trata de juzgar al político rival de quien les paga. La manipulación es sencilla, vamos a hablar sólo de los éxitos, ensalzarlos al máximo, exprimiéndolos, obviando que hay más deportes.

Claro, hasta en nuestros «prestigiosos» premios «Príncipe de la periodista seminueva» engordamos de placer, premio que se le dio a Lloronso antes incluso de ser por primera vez, nunca antes concedido a un piloto de fórmula 1 (evidentemente nunca había hecho méritos nadie antes, él sí, sólo con ser líder del mundial), a las selecciones de baloncesto y de fútbol, por ser campeones (por fin), claro, ninguna antes lo había sido en el mundo, lo nuestro tiene mérito, y si canta demasiado pues después de galardonar a Lloronso lo hacemos con Schumacher, que evidentemente antes de la llegada del asturianu ya había hecho méritos, pero es que coño, que no es español.

Pero es que es fácil, no hay más que repasar los medalleros de los Juegos Olímpicos para darnos cuenta del verdadero nivel de nuestro deporte, claro, ahora entra lo de que «es que los negros esos de Kenia sólo en una carrera consiguen tres medallas», claro, no tiene mérito que se hagan tripletes… salvo que los hagamos nosotros, porque el equipo de Maratón español precisamente logró un «Principe de la periodista seminueva» por tal hazaña.

Y no hablo ya de países como Estados Unidos, Rusia o China, con muchos más habitantes, miremos Pekín, Reino Unido, Alemania, Australia, Corea del Sur, Japón, Italia, Francia, Ucrania, Holanda y Jamaica, todos esos nos ganan en el medallero, hasta Bielorrusia sacó más medallas, obviamente porque se dopan, aquí no, aquí se anulan las pruebas y Marta Domínguez sigue con su estatua de Divinidad viviente.

Miremos Londres, más de lo mismo, Francia, que tanto nos envidia, nos dobla en medallas, tenemos las mismas que la todopoderosa Hungría, eso sí, ellos ocho de oro, España tres, puesto 21 en el medallero, toda una potencia sí señor.

¿Y en los de invierno?, coño, si aún hacemos especiales en la tele de la medalla de bronce de la pija Fernández Ochoa, eso sí, qué curioso lo de Johan Muehlegg, «Juanito» cuando se colgó las medallas, exitazo total, potencia envidiada de las nieves España, cuando se dopó ya era otra vez «Johan» (putos alemanes, no se puede confiar en ellos, dopados de mierda).

Ah claro, es que España domina en deportes que no son olímpicos, los coches, las motos… los coches…. ¿he dicho las motos?, claro, que seamos una nulidad en rugby, que llena estadios de fútbol en el extranjero no importa, porque son deportes de mierda, las motos sí molan, la fórmula 1 es superimportante, aunque hubo años, cuando no estaba Lloronso, que ni se emitía por la tele porque no tenía audiencia suficiente, pero es que como quedó claro en los premios ya citados aquí el automovilismo antes de Lloronso era una cosa sin importancia, sin mitos, sin leyendas.

Bien, podría alargarme más, pero para eso me reservo los comentarios, no os cebéis. Posdata: Mercenary, daneses, ya han salido varias veces, el tema:
«My World is Ending»