Y Contador le zumbó a Putin.

Vale, te voy a hablar de la recién terminada Vuelta a España, de ciclismo, a ver, va a ser un chapón de cojones, te lo advierto, largo largo, digo esto por si ves que tal, le das a la ruedecilla, pulsas el me gusta para hacer ver que lo has leído y ocupas el tiempo en otra cosa más provechosa, qué se yo, contar las rallas blancas de los pasos de cebra o coger la guía telefónica y buscar cuántos «García» hay en tu calle.

Bien, tú te preguntarás qué coño pinta Putin en una entrada de ciclismo, Oleg Tinkov, millonario ruso, monta un equipo ciclista, está un par de años, no llegó nunca a ser de la élite, sobre sus restos se monta un gran proyecto ruso, Katusha, que en cristianés sería como llamar a un equipo «Lola», «Concha» o «Mari», empresas como Gazprom o Itera metiendo la pasta, entre los interesados y colaboradores en que se hiciera realidad el proyecto Vladimir Putin. Este mismo año, quizá por aquello de la rivalidad, Tinkov vuelve al ciclismo, y lo hace copatrocinando al equipo de Riis y Contador, el Saxo Bank, ahora Saxo Bank-Tinkoff Bank, Joaquim «Purito» Rodríguez encabeza a Katusha y el madrileño Saxo-Tinkoff, aparte de la guerra propia de la carretera se disputaba otra de egos rusos, y ahí, por una vez, Putin sale escaldado.

La Vuelta, partía con un recorrido que vaya, tiene su miga, a ver, se ha vendido como un éxito, como la mejor ronda por etapas de la historia del ciclismo, mucho final en alto, la crono de vergüenza, bonificaciones y pocas etapas de montaña, porque etapas de montaña son aquellas en las que encadenan puertos, aunque no acabe en ninguna cima, de estas, de verdadera montaña, como mucho compro dos en esta carrera, Pajares y Navacerrada.

Un recorrido muy contestado, muy criticado, en los mentideros ciclistas, redes y foros especializados, un recorrido apto para Valverde, Contador, Purito… sobre todo para este, para Joaquim, y a fe que estuvo cerca, muy cerca de aprovecharlo. Curiosamente perdió la carrera en el día que la llegada era en principio menos dura, un puerto de segunda, esto, simplemente, más allá de que pasara un mal día, habla del sinsentido del citado recorrido.

Porque una gran vuelta por etapas debe tener variedad, meter un par de finales en rampas duras vale, da espectáculo, pero si metes siempre lo mismo al final el resultado es que siempre verás lo mismo, y eso vimos hasta la última semana, Contador metiendo hachazos, Purito a rueda, Valverde haciendo la goma, Purito llega al último kilómetro y arranca sacándole segunditos al de Pinto, todos los días el mismo guión.

Coño, mete etapas distintas, con varios puertos, sin que acabe en alto, etapas que se presten a estrategias, a juegos tácticos, la crono obviamente debe ser llana, para que los escaladores tengan sí o sí que atacar para recuperar ventajas, porque esto ha sido siempre así, intentar ganar en tu terreno el mayor tiempo posible y perder en el terreno de los demás el menor, si luego pillas un Contador que te deja sentenciada la carrera, o como en el Tour de Francia los Sky, pues te jodes, porque lo que debe de buscar el organizador es que gane el mejor, el más completo, no el mejor en algo determinado y concreto, etapas acabadas en muros o de las llamadas «unipuerto».

La idea es, metemos todas las etapas iguales y por lo tanto siempre estarán arriba los mismos, como siempre estarán los mismos en todas las etapas llegaremos a la penúltima jornada con la cosa sin decidir, encima metemos rampas imposibles, espectaculares, vistosas para la tele, la emoción y la participación de lo mejor del pelotón español hará el resto, un éxito de audiencias.

Y sí, lo ha sido, y contra eso no se puede luchar, Olano y Guillén a partir de ahora saben cuál es el rumbo a seguir, cada vez menos alta montaña, menos kilómetros, menos cronos y más muros imposibles, les ha salido bien la jugada, les hubiera salido mejor si Purito no casca en Fuente Dé, al menos la Vuelta va cogiendo identidad propia, El Tour tiene su recorrido tradicional, compensado, el Giro la extrema dureza de sus puertos y la Vuelta apuesta por la media montaña concentrando toda dificultad al final, no me gusta, pero efectivo es, para qué negarlo.

La participación extranjera, pues salvo el voluntarioso Froome y el cada día más eterna promesa Gesink nada, este año se ha salvado la carrera por la sanción a Contador y la mala actuación de Valverde en el Tour, este vino a última hora además, en ese sentido engañosa, el Tour ha acabado por comerse a las otras dos, no hay más que hablar, de cualquier manera siempre va a haber ciclistas que fallen en el resto de la temporada, que salgan de lesiones, que salgan de sanción, es otro factor que la Vuelta tiene a su favor.

¿Y sobre la carrera en sí?, pues un Contador de menos a más, a quienes seguimos este deporte de cerca el hecho que en la tercera etapa intentar salir hasta siete veces nos hablaba de un estado de forma no demasiado bueno, pero lo dicho, al ir de menos a más acabó perfecto, encima ambicioso, espectacular, todo lo que tiene de tonto (para mí claro), fuera de la carretera lo tiene de valiente y decidido dentro, cierto que no sostiene los ataques, que es más de latigazos, pero qué latigazos, qué ataques, una golosina para la carrera, sin Contador hubiera sido un coñazo impresentable, Purito a lo suyo, a rueda y a machacar al final, este al revés, fuera de las carreteras es un tipo que me resulta muy sincero y simpático, pero dentro de ella es como Valverde, un ciclista echado a perder, amarrategui y segurola, por simpatía hubiera preferido que ganara Rodríguez, pero evidentemente Contador es mucho mejor ciclista y sobre la carretera da gusto verle.

Todo con el mismo guión hasta que Contador da el jaque mate, tremenda etapa la de él y su equipo, ataque lejano, como antaño, tácticas, como debe ser, la ayuda de un viejo conocido Tiralongo, épica pura y dura, eso sí es ciclismo, no lo anterior, esto es verdadero espectáculo, tremendo Contador, maravilloso, su entrega, su fe, su constancia, su clase, su ambición, todo, es un ciclista que sólo por verle a él merece la pena ver ciclismo, para quitarse el sombrero, etapa y prácticamente decidida ya la general, lo que quedaba ya mero trámite, porque impuso su ley, la ley del más valiente, no el más fuerte de la carrera pero posiblemente, en esto de las grandes vueltas, el mejor del pelotón, si no pasa nada el Tour del año que viene dictará sentencia.

(Ahora pregúntame en los comentarios por qué no es el más fuerte y sin embargo es justo merecedor, lo digo por no hacer esto más eterno.)

Antón desaparecido, sin salir apenas en pantalla, como los Rabobank, como casi todos, el único Froome, un recorrido que no le iba nada y el cansancio de no haber descansado apenas desde el Tour, este corrió los Juegos, pero no se ha amilanado, le echó un par mientras pudo, es todo voluntad este hombre, aunque como digo sus condiciones no fueran las mejores, John Degenkolb arrasando en los sprints, que los hubo, la falta de competencia hizo de este jovencito alemán el dominador absoluto, gente como Van der Broeck con una participación vergonzosa, para eso es mejor quedarse en casa, al menos De Gent intentó hacer alguna cosilla.

Nada, me dejo cosas como los lloros y pataletas de Unzue ante la nueva muestra de patosidad de sus ciclistas, (es curioso, enésima caida de Valverde y no parece tener solución la torpeza de este hombre), recordarte simplemente que quedan dos grandes citas, los mundiales y Lombardía, tranquilo, de ambas te contaré 😀

Lacuna Coil para la posdata, qué preciosa Cristina, radiante. «Spellbound»: