Experiencias animales.
Acuérdate, lo primero de todo,
«19-S, las vacaciones».
Bien, hace poco te hablé de consejos, de la inutilidad de muchos, de que no soy muy de consejos, mucho antes ya di muestras de mi incoherencia dándote consejitos para aumentar la repercusión de tu blog, pero claro, no conforme con ello vuelvo a la carga, más consejos, eso sí, te advierto de una cosa, si eres menor no leas, si eres mayor de edad tú mismo, pero ten en cuenta que estas cosas han prescrito, lo digo porque te contaré vivencias de mis tiempos de adolescente, cuando apenas había muebles tanto en mi cabeza como en la de mis colegas, la cuadrilla famosa, bien, nuestras madres unas santas, pero nosotros éramos muy hijoputas, pero mucho, no es que tema por mi reputación, porque dudo que la tenga, en cualquier caso, lo que contaré ya sabes, es mera ficción, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Como te había dicho, no es que sea muy de consejos, pero si algo te va dando la vida es experiencia, no me refiero a eso de la edad, que te haces maduro y vainas, qué va, me refiero a experiencia como tal, te pasa algo y sacas conclusiones, ves errores, pues eso, que uno de crío es curioso, le da por experimentar, y las consecuencias será lo que te cuente.
Para ponerte en situación, hoy en día casi todos los chavales tienen su lonja, ahí se reúnen, con todos los lujos, tele, play, sofás, amplitud, en mis años mozos claro, le decíamos a nuestros padres que queríamos una lonja y de la hostia que nos daban más bien buscábamos un nicho, pero claro, teníamos nuestro sitio, la chabola, pero no pienses en una cosa así rudimentaria no, que éramos la polla para estas cosas, como había siempre obras le tomábamos prestadas las tablas necesarias, eran construcciones fuertes, como estabas todo el día en la calle al final sacabas lo necesario, moqueta para el interior, hule para el techo (no calaba ni gota, cosa que nos enseñó también la experiencia), candados para la puerta afanados de las huertas de los alrededores…
Sí, afanados, con ganzúas, ganzúas hechas poniendo llaves en las vías del tren, nos sabíamos los horarios al dedillo, luego limabas y tate, ya podías ir por las huertas, exceptuando aquellas que tenían perros claro, como además siempre encontrabas coches robados pues aparte de aprender a conducir tenías ahí el resto de material, los sillones y lo más importante, la batería, que durante unos días te proporcionarían luz sin tener que recurrir a velas.
Bien, entre otras cosas teníamos una gatita, gatita callejera que claro, como le dábamos nuestros bocadillos pues no se separaba de nosotros, tuvo gatitos, y ahí mi primer consejo, no era por maldad ojo, era por experimentar, lees eso de que los gatos siempre caen de pie y te dices, «coño, a ver si es verdad eso», bien, ya te digo que si el gato tiene una semana de vida no, no cae de pie, es más, a la quinta vez que lo probamos, que esas cosas hay que probarlas bien, el gatito puede morirse, por lo tanto, si alguna vez te dan un gatito recién nacido no, no lo cuelgues del techo, que ya te digo que menos de pie cae de cualquier forma.
Como más callejeros que nosotros no había nadie justo al lado del chabolo teníamos una serie de casetitas donde íbamos colocando todo perro abandonado que nos topábamos, que eran bastante, claro, no teníamos dinero para vacunas, ni para piensos ni para historias de esas, lo que sobraba de casa, pan con agua en ocasiones, esqueletos de pollo de la carnicería, si había suerte y caía alguna rata en el cepo… la cosa es que entre la dieta, lo poco confortable de los aposentos o qué se yo, solían vivir poco, cuando no era la rabia era el moquillo, no, no te voy a decir ahora cómo evitar esas cosas, vacunándole evidentemente, te voy a decir como no se curan.
No, el tirar a un cachorrito a un pozo de agua fría no le inmuniza contra el moquillo, es más, puede que en vez de eso lo coja, si ya lo tiene no se cura haciéndole beber un litro de aceite, se muere igual, y lo más importante, es un mito eso de que metiéndoles un hierro al rojo vivo en la garganta se les va la enfermedad, pero es que además de ser mentira tiene un efecto secundario, que el perro te muerde.
Ahora te diré un par de cosas que no, no le gustan nada a los perros, primera, tirarle dardos, si les das salen por patas y los cabrones te guardan cierto resquemor, tu te dirás, hay que ser cabrones, cierto, pero coño, es que ves corridas de toros y te dices, si lo ve tu padre eso tiene que estar bien, probamos a hacerlo con las vacas de un caserío próximo, pero el paisano nos pilló en medio de la faena y no nos atinó con el hacha de milagro, así que ¿qué teníamos más cerca?, el perro.
Suena a excusa, pero es cierto, porque también les tirábamos a los perros petardos y eso no lo vimos en la tele, fue iniciativa propia, hombre, con el ánimo científico de estudiar la respuesta canina a ciertos estímulos, no era putear por putear, otra cosa que debes evitar, tirarle petardos a un perro atado, se pone de una mala hostia subida, si encima el perro no es tuyo, sino de una cuadrilla rival, peor, cuando vuelvas a pasar es capaz de arrancar la cadena y tirársete.
Querido lector, otra cosa, si encuentras de casualidad crías de rata ándate con ojo, nosotros las encontramos, como eran pequeñitas y tal a uno se le ocurrió que quizá eran hamsters, por los cojones, ratas ratas, en cuanto crecen les sale un pelazo negro acojonante, lo que te decía, si te encuentras ratitas recién nacidas no las recojas ni las pongas queso ni leche ni tal, que en ciertos ambientes las ratas son eso, simples ratas de alcantarilla, luego además te tienes que deshacer de ellas, dí que claro, con tanto perro…
Por cierto, para acabar, si tienes perros en chabolas no es conveniente que les dejes cerca patitos, a un colega le regalaron un par de estos que se compran en las ferias, como en casa no los querían, es lo que pasa cuando crecen, pues nada, a las chabolas, pues en los dibujos animados los animalitos hacen buenas migas entre ellos, pero la realidad es más cruel, ya te aseguro que si dejas a dos patitos indefensos cerca de dos o tres perros hambrientos la cosa no tiene un final muy feliz.
Nada, espero que estos consejos te sirvan de ayuda, reitero lo de la prescripción de los delitos, que nos conocemos, tú te preguntarás, ¿por qué erais tan cabronazos?. Buena pregunta, ¿por qué?, pues nada, a la postada, que la canción se llama así, «Why», de Helloween, claro.
Queridisimo dessjest , me alegra el haberle encontrado en este mundo de internet .. pues es ud muy sincero y genuino .. no se lo tome como un alago es la realidad que usted describe desde dentro .. un saludo
Me gustaMe gusta
Pues ahroa que no nos lee nadie, decirte que todo lo que cuento pasó
y eso que he obviado el capítulo más lamentable, cuando una perra tuvo 13 cachorritos, se los cargó a todos, robamos dos y nos los mató también y tras un juicio rápido la condenamos, envenenarla y ahorcarla resultaron métodos fallidos, pero encontramos uno que sí, funcionó.
Digo esto porque realmente éramos así de cabrones, ahora claro, tengo mi perrita y vive como una marquesa, pero qué esperar de una época en la que en vez de comernos el bocadillo nos fumábamos hasta helechos.
Besos querida (ahm, el método que funcionó fue tirarla cantera abajo).
Me gustaMe gusta
Me has dejado con el complejo de haber pasado esos años de mi vida de una forma un tanto amariconada, pero me he reído un rato leyendo vuestras cabronadas.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
La cosa es que por ejemplo lo del hierro al rojo vivo en la garganta lo hacíamos pensando sinceramente que así los curábamos, es esa sabiduría popular tan engañosa, pero vaya, que no hay disculpa, es cierto, cabrones éramos.
Me han jodido, ya no puedo entrar en blospot desde el curro, tendré que leerte desde casa en algún rato libre 😦
Me gustaMe gusta
Hola señor malo,malote,malísimo.
Pues sepa usted que con su relato a despertado algunos recuerdos que andaban dormidos profundamente.
Y es que yo también fui un poquito gamberrilla allá por los años ochenta.
Besazos traviesos 🙂
Me gustaMe gusta
Nos hacía falta una consola para entretenernos, a falta de pan buenas son tortas 😀
En todo caso sería señor ex-malo ojo, que con el tiempo nos civilizamos, besos guapa.
Me gustaMe gusta
Buenos dias Querido Desjuess: sabia que eras borde pero hasta este punto no…mira yo tengo a mi Willy es mi compañero y le quiero muchísimo que nadie me toque que me lo como. Siempre he tenido animales en la familia ejeje nunca mejor dicho, por eso he aprendido a amarlos y cuidarlos…en casa de niña tenía uno llamado Bobi y el pobrecito estaba martirizado por el cabrón de mi hermano, con perdón te puedo decir que los fines de semana su amigo el pesca y él lo emborrachaban con cerveza!! y por qué lo hacia? por fastidiar a la peque que era yo.
Niño tu post es muy bueno me has hecho reir, pero lo que más me ha gustado es tu sinceridad, porque en verdad el relato es verídico
Feliz lunes corazón de melón
Me gustaMe gusta
Yo también tengo perrita, y vaya, no le falta de nada, todos los vicios cubiertos, era otra época, ahora, lo de emborrachar al perro… es desperdiciar alcohol, que te conste.
Besos querida.
Me gustaMe gusta
Escandalizada me hallo! ¿Pero que infancia has llevado tu? Ahora me explico muchas cosas… así tu eras de ese tipo de niños de los que yo huía como de la peste, y mi mamá me decía que no me acercara, pendencieros y gamberros, eso sí, podrías montar una clínica veterinaria, la experiencia con animales es amplia por lo que veo.
Muchos besos
Me gustaMe gusta
Sí, aprendimos bien lo que NO hay que hacer, luego se trata de hacer lo contrario 😀
Era una infancia callejera, ahí pocas cosas buenas aprendes, más bien lo contrario, pero qué quieres que te diga, uno piensa en aquellos días y descubre con asombro que éramos felices, no había un minuto de tedio.
Besos guapa.
Me gustaMe gusta
Era broma, en realidad me parece una infancia chulísima, la parte animalitos ahora estamos concienciados y evidentemente no, pero lo demás es genial, y vaya si se aprende, no sólo hay que aprender cosas buenas, cosas malas también, que si no te agilipollas
Me gustaMe gusta
Es que yo creo que los niños tienen, teníamos, nuestro particular código de justicia, del bien y del mal, el padre trabajando siempre y la madre siempre en casa, nosotros siempre en la calle sin nadie que nos enseñara las cosas, pues eso, a experimentar 😀
Me gustaMe gusta
No sé si escribir Oh Lider! u otra cosita…Yo era de la que me miraba , horrorizada, a los capullos que daban patadas a un gato o abrían una lagartija en canal para verle latir el corazón…Pensaba:!Qué capullos!…
No obstante, se agradece la descapullización ( por lo menos respecto a los animales) en la época adulta.; – )
Abrazos.
NB: ¿Y a víboras y serpientes no les haciaís nada?…
Me gustaMe gusta
Víboras no había muchas, había unas culebras, negras, aquí las llamamos sirones, enánagos, no sé cuál será su nombre, evidentemente a esas las dejábamos en paz, y eso que no eran venenosas, a las ranas ya es otra cosa, salamandras, lagartijas y demás bichitos sí sirvieron para algún que otro experimento.
Pero era el ánimo científico el que nos movía, no la maldad, el punto de ebullición de una rana viva en una lata de pintura, por ejemplo, o cambiar hábitos festivos, si todos celebraban las sanjuanadas nosotros en San Pedro pues eso, la sanpedrada 😀
Besos querida.
Me gustaMe gusta
CON UNA VIDA ASI DE PERRA YO TAMBIEN MORDERIA, JAJAJA…
Me gustaMe gusta
Es comprensible, la cosa es que mayormente nuestros perros nos querían, no dejaban de ser perros abandonados, y las putadas eran eso, cosas excepcionales, son bichos agradecidos, con algo de rencor, cierto.
Me gustaMe gusta
Por lo de las chabolas tú: o vives en mi pueblo o en uno parecido. Nosotros también teníamos una en casi el monte, la diferencia es que no maltratábamos a todo bicho viviente. Como mucho jugábamos a tres navius en el mar……. otros tres en busca van…….
Por favor……dime que lo del hierro al rojo vivo ha sido solo una licencia literaria…..que es mentira…….anda…..querido…….
Besos
Me gustaMe gusta
No no, nos dijeron que así se curaban y lo intentamos, es cierto, una salvajada, pero lo hacíamos pensando que hacíamos el bien, tampoco pienses en un hierro como para marcar caballos, era más bien un clip de esos de juntar papeles, pero vaya, intentar lo intentamos, ahora, el resultado no fue demasiado bueno, porque el perro no se dejaba claro.
Nosotros éramos de barrio, lo que pasa es que el barrio estaba tan a las afueras que sí, parecia más pueblo que otra cosa, aun hoy sigue siendo bastante parecido a entonces, junto al monte, un sitio pues eso, pintoresco.
Besos querida.
Me gustaMe gusta
Qué diferente fue mi infancia!!! Otro mundo…
Besos
Me gustaMe gusta
Bueno, seguramente también tendrás buenos recuerdos de la época, es complicado no tenerlos.
Un beso guapa.
Me gustaMe gusta
Ay, qué triste todos esos experimentos que hiciste con los animalitos. ¡Qué necio! :s
Me gustaMe gusta
Pero de la experiencia es cuando mejor se aprende, tú puedes decirle a un niño que no meta la mano en la tostadora para sacar la tostada recien hecha, se lo puedes decir diez veces, aprenderá más metiéndola una sola vez.
Besos niña.
Me gustaMe gusta
No siempre, yo he sido animalista desde que era pequeñita. Mi mami me inculcó el amor y el respeto por los animales y yo hice lo mismo con mi hijo, aunque alguna vez vi una cola de lagartija brincando como loca y a mi bebé detrás de esa cola riéndose. Él me dijo que había sido un accidente, ahora que te leo me entró la duda.
Me gustaMe gusta
Es que ese era nuestro problema, las madres estaban demasiado ocupadas, muchos hijos, mucha casa, y nosotros en la calle desde bien chiquititos, con la única referencia de los hermanos mayores, que eso, eran mayores, pero te enseñaban las cosas como te las enseñaban.
De cualquier manera yo soy fiel seguidor de la doctrina de «El Señor de las Moscas», pienso que no hay nada más cruel que un niño a su bola.
Me gustaMe gusta
Muy buena la PD. Saliéndome un poco del tema, tú que eres tan curioso deberías hacerte un Blog en P2 para pasar a dejar la frase de día. Sería divertido.
Me gustaMe gusta
Mi niña, uno está perdido en eso de las redes sociales y demás, lo de P2 me suena a eso, a ventosidad 😀
Supongo que será parecido a lo de viva, no sé, dame un enlace que ya te digo que ni me suena.
El tema cierra uno de los mejores discos de la historia del grupo, me encanta.
Me gustaMe gusta
Jajá! Tú eres la leche… P2 es un tema de wordpress, simplemente abres un blog y le pones el tema P2 (la plantilla) y sí, es como el blog que mencionas.
Me gustaMe gusta
Ahm, vaya, pues aclarado queda 😀
Yo pensaba que era un twenti o un facebook de esos raros.
Me gustaMe gusta
Querido Maestro: es curioso como las «investigaciones» ocurren en todas partes por igual. Lo único que cambia es el bicho que tienes a mano.
Besazo
PD: El tema de las chabolas no ha cambiado tanto. El Niño y su panda tenían hasta hace pocos años una caseta de obra abandonada que era todo un chalet con todas las comodidades, por cierto con tropecientos gatos. 😀
Me gustaMe gusta
Bueno, aquí si ha cambiado, ahora alquilan lonjas, tienen de todo, es como un piso, evidentemente es mejor, pero no hay mayor satisfacción que el meterte en un habitáculo hecho de arriba a abajo por uno mismo 😀
Besos.
Me gustaMe gusta
QDQ.-
Se quejan de las tormentas tropicales, pero tu panda y tu peor que un terrremoto en escala 15.Vamos que yo os tendría pánico
Me gustaMe gusta
Algún día te contaré cómo nos hacíamos las bicis 😀 ahí tomando piezas prestadas por un lado y otro, y de las hostias que nos llevamos un día cuando un pavo nos pilló intentando tomar prestada una bici.
La verdad es que miro atrás y lo sorprendente es que llegara a la mayoría de edad sin antecedentes.
Me gustaMe gusta
La verdad es que sí.
Un «amigo», más o menos de tu catadura de aquellos años, cuando se quiso apuntar a la legión, allí salió su expediente, todo por defecar en la puerta de la iglesia, claro que no contaron con que el cura los tenía mejor puestos que ellos, y con la guardia civil los tuvo en el calabozo del pueblo, hasta que apareció el culpable.Antecedentes.
Lo mejor es que todos tenemos un pasado, cada uno en un área de la vida.
Si nos atreviesemos a exponerlo, tendríamos temitas para todo el año.
Me gustaMe gusta
Mira, yo de iglesias y curas tengo poco que contar, mis padres no me obligaban, es más, a mi padre se la sudaba, y no pisaba ni la entrada.
Me gustaMe gusta
A ver. Cabrones es sacarle a un tío los ojos. Si luego te meas en la cuenca para que le escueza, eso ya debería tener otro nombre, cabronazo por ejemplo, y cadena perpetua.
Un abrazo crack.
Me gustaMe gusta
Cierto, hurgar en la herida es mucho peor, pobres bichos, pero ojo, que tampoco es que le echáramos sal a las heridas.
Cuídate jefe.
Me gustaMe gusta
Si no fuera porque acabo de llegar y se que no me has leído juraría que has estado especulado con respecto al gato de mi vecina… en fin, que hoy nos hemos sincronizado a la perfección con nuestras entradas (bueno, hoy no que esta tuya no se cuando la has escrito) O sea que yo he escrito algo muy parecido!!! Pero sin perros jejeje Cabroncete de largo tu eh? Lo que yo digo, cosas de niños, claro que en tu caso a ido hasta la adolescencia…. Menudo pájaro estabas hecho!.
El vídeo no se ve…. Besitos poseídos QD
Me gustaMe gusta
Es que de niño niño era bastante bueno, con mis cosas, pero aceptable, al final no dejan de ser travesurillas inocentes 😀
¿Tampoco te funciona el sonido?
Besos.
Me gustaMe gusta
Querido Dessjuest: nada de que asombrarme, porque, como dice Dolega, lo que cambiaba es el bicho que tenías «a tiro», pero vamos, que un poco crueles con las bestias hemos sido todos. Como tú pones, con afán científico, eso sí 😉 Hoy, con la perspectiva que dan los años, da un poco de mal rollo haber sido así de cruel, pero supongo que lo da nuestro pasado de amebas que decidieron subirse a los árboles: si no hubiésemos sido capaces de sobrevivir, otro gallo nos hubiese cantado. 😯
En cuanto a lo del chabolo, nosotros lo que teníamos era un sitio medianamente decente para hacer fiestacas en condiciones: con cabina para el pincha, minisala de baile y un par de «reservados» con su cama en condiciones. Hay que apuntar dos cosas: éramos ya adolescentes, no unos críos, y algunos –no era mi caso– tenían «pasta».
Un abrazo, ilustre. Y disculpa que no esté tan al día con los comentarios, pero es que la «rentré» está siendo durilla…
Me gustaMe gusta
Es la falta de medios lo que te hace experimentar, ahora se pone la perra mala y la llevas al veterinario, entonces pues eso, no había dinero para esas cosas.
Habría que darle alguna experiencia de esas a Cristiano, el pobre está triste 😀
No te preoucpes por los comentarios, realmente no creo que nadie los esté contando.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Ya, pero me da pena perderme las entradas…
En cuanto a lo del multimillonario tarado ése, el otro día le escribía no recuerdo a quien que en la película ‘El Desafío’ –es tal la poca impresión que me dejó, que sólo recuerdo que salía la ‘top model’ Elle Macpherson…– hay sin embargo una frase lapidaria que le dirige el personaje que interpreta Anthony Hopkins al que representa Alec Baldwin: «Jamás llores por alguien que tiene un jet privado…».
(Otro) abrazo, jefe.
Me gustaMe gusta
No estaba mal la chica esa, la Elle, lo único que besaba fatal, ese recuerdo tengo vamos
Cuídate, más razón que un santo.
Me gustaMe gusta
Cuerpazo, gracias a su estatura. Y como australiana, rabelde y malhablada, no modosita y buena chica, como las yankees…
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Erais chicos de cuidado, qué fieras, os cargabais a todo animal que se os pusiera a mano o a pie. También es verdad que nadie te enseñaba a respetarlos.
Me gustaMe gusta
Alguno nos duraba meses, y no te creas, alguna vez, casi siempre, te daba pena que muriera el perrito en cuestión, porque si los cogíamos era porque en el fondo nos gustaban, tener un perro o dos nos entretenía bastante, solo llevamos uno a la perrera, tenía demasiada mala leche el cabrón 😀
Me gustaMe gusta
¡Ostras, yo con niños como tú no me juntaba!, y eso que también jugué mucho en la calle. Las putaditas (nada que ver con las vuestras) se las hacíamos a otros niños, pero a los animalicos ¡ni tocarlos!
Es más, con 5 años intenté con todas mis escasas fuerzas, tirar mi hermana mayor escaleras abajo por haberle hecho la prueba esa de averiguar si mi gato caía sobre sus cuatro patitas…
🙄 por aquel entonces quería más a mi gato que a mi hermana… hoy día mi gatito ya no está, pero creo que seguiría queriéndolo más 😆
De sinceridad también voy sobrada, jejejeje ¿sabes por qué? ¡¡gracias a este bendito incognito!!
Besitos desde el cariño querido DJ… ¡solo 4 días! 😉
Me gustaMe gusta
Esa es la clave, el incógnito nos permite ser sinceros sin miedo alguno, di que estas cosas se saben, la mujer, por ejemplo, las sabe, es complicado que en alguna reunión de colegas no nos pasemos contando cosas de estas toda la noche mientras ellas se miran y suspiran 😀
Mis hermanos, o eran mucho mayores, con lo cual un respeto, o era el de mi edad, que estaba siempre en el ajo, y encima los mayores eran los que te acababan enseñando las putadas.
Buenos tiempos aquellos, ahm, que tú no te juntarías, pero las de mi barrio tampoco 😀
Besos.
Me gustaMe gusta
Me he reído un rato, no viví eso, mas que nada no era de mala familia y en el ambiente en que me crié los perros eran de raza y vivían como dios. Pero reírme leyéndote, un buen rato. Cuídate
Me gustaMe gusta
Yo ni la perra que tengo ahora es de raza, es mezcla, pero da igual, vive como una reina la jodida, de aquella época, como lo único que conocías era aquello pues nada, no me quejo, la vida para un niño era entretenida, no echas de menos lo que no tienes, tenía sus cosas malas, drogas y eso, pero en fin, todo tiene su lado malo.
Abrazos maestro.
Me gustaMe gusta
así de degenerados somos cuando niños. operaciones a lagartijas, el jarro de agua fría o caliente a los perros mientras están en el acto de procrear, al menos yo me arrepentí después de unos años…
Me gustaMe gusta
Y yo y yo, vamos, ahora no lo haría, ni de coña, es más, solo imaginarme a mis hijas haciendo esas cosas y ya me cabrearía, pero los tiempos cambian 😀
Lo de los perros copulando no sé qué tiene, pero a todos los niños les mola.
Me gustaMe gusta
Los niños son criaturas inocentes y buenas, a las que les encantan los animales, éste relato si no hubiera sido porque (me ha hecho reir sin freno), hubiera herido profundamente mi sensibilidad (porque amo a los animales).
De todos modos creo que mi risa ha sido un refigio a relato tan duro y real.
Enhorabuena, es un magnífico escrito.
Un Abrazo 🙂 .
Me gustaMe gusta
Bueno, si te sirve de consuelo yo también quiero mucho a mi perrita, de hecho me huye de lo plasta que soy, la uso de peluche 😀
Pero sí, es cierto que esos recuerdos son bestias, inocencia infantil, pero a lo bruto.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Que conste que yo también encerraba en jaulas hechas de corcho con alfileres a moscas y abejas y las quemaba vivas, los niños son salvajes y malos (todo sea dicho), es una forma de descubrir el mundo.
😦 .
Me gustaMe gusta
No lo dudaba, yo creo que hay una época de la vida que si se nos tomara en cuenta no habría cárceles para meternos 😀
Me gustaMe gusta
No me da tiempo a leerme los comentarios, aunque estoy segura que no tienen desperdicio 🙂
Nosotros ibamos a buscar sapos y los aplastabamos con piedras. Asi, desde lo alto. Plaf! Mi madre nos metia miedo diciendo que como el sapo nos escupiera en los ojos, nos ibamos a quedar ciegos… pero nosotr@s eramos mas rapid@s jeje
Un beso, bestia. Y a ver si me metes al Alter en cintura que creo que me esta vacilando con lo de los nombres…
Me gustaMe gusta
Es un tipo de cuidado este Alter, habrá que pillarle a traición 🙂
Gran culpa de estas cosas de niñez es de las madres, asustan tanto que luego ves que nada, que ni te pasa nada por andar con sapos, ni te salen granos por hacerte pajas, exageran 😀 y asi pierde efectividad la cosa.
Besos guapa.
Me gustaMe gusta
Yo prefiero lo de antes, calle, palos, bicis, juegos varios, dar a los botes, etc, y no lo de ahora, DS, WII, Wasap, en fin no mover el culo para nada. Seré una antigua pero es lo que siento. Besos
Ana
Me gustaMe gusta
Creo que todos, aunque en descargo de los niños actuales diría dos cosas, los padres somos, al menos los que conozco, mucho más protectores y agilipollaos que antes y que entonces en las calles no había ni coches apenas, ahora, también es cierto que los niños hoy hacen sus burradas, pero supongo que nos enteraremos cuando sean mayores, como mis padres se enteraron de las mias.
Besos.
Me gustaMe gusta
Mi primera esposa me llamaba, de cariño, «rata de alcantarilla».
Me gustaMe gusta
Hombre, si es con cariño tiene un pase, pero vaya, que muy cariñoso tampoco suena, di que peores cosas llamo a mi suegra, eso sí, a la cara nunca, me faltan huevos, y cierto cariño la coges.
Me gustaMe gusta
Pero sonaba tan… tan… roedor. Al punto que terminó por roer totalmente nuestra relación. Hay que coger la vida con calma. Que estés bien. Ah, por cierto, las dos suegras que me han tocado en la vida son amor de gente. Y la primera hasta me defendía.
Me gustaMe gusta
Vaya, pues considérate afortunado, porque desde luego normal normal no es que sea eso, di que la mía lleva tiempo ya calladita, lo cual al final es peor, es mejor que te digan las cosas defrente que no a las espaldas 😀
Me gustaMe gusta
Si, suscribo la pregunta: por que eran tan cabronazos??? de verdad, a esas edades uno era casi delincuente…
que son lonjas? los luagres de runion en el Pais Vasco donde los chicos cocinan? puedo buscar en Google pero prefiero que gu me lo cuentes :-Perdon por la ortografia estoy en el tlf
Me gustaMe gusta
Lonjas… pues a ver, los negocios ocupan lonjas, son los bajos de los edificios podríamos decir, la panadería está en una lonja, la peluquería.. pues hoy en día los chavales alquilan entre todos, con el dinero de sus padres mayormente, alguna que esté vacía y se montan su pequeño club, cocinar no cocinan, más bien eso, ponen una tele, una consola de juegos, algo de mobiliario, una nevera… y pasan el tiempo ahí.
Claro, como explico en la entrada en mis tiempos eso era una quimera, pero el fin es parecido, tener un sitio donde estar con los colegas.
Besos.
Me gustaMe gusta
Perdona Dess, yo estaba pensando en las sociedades vascas ob txocos, creo que se llama asi, pero igual no tenia ni idea que los adolescentes acostumbren a buscarse lonjas para divertirse
Saludos!!
Me gustaMe gusta
Pues pensándolo bien es muy parecido, cambia la edad media de los ocupantes y que en los txokos mayormente se va a cocinar y comer, con su timba al mus y copazos posteriores, pero sí es bastante parecido.
Me gustaMe gusta