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La política y «The Wire»

Ya hablamos en su momento de «The Wire», hablé también de su comisaría y de las calles de Baltimore, hoy le toca el turno a la política.

The Wire, politica

El tema de la política en la serie aparece en meros esbozos en las dos primeras temporadas, aparece a lo grande en la tercera (a mi juicio la temporada más redonda de
«The Wire»), y ya no deja la serie hasta que esta finaliza, ya te he contado que esta serie me parece la mejor de la historia de la televisión, David Simon realmente parió algo muy grande, capaz de mezclar realismo, acción, grandes personajes, retrato social y muchas otras cosas como nunca antes se había hecho, pero sin duda también en la serie hay mucho de denuncia, denuncia al sistema, a la sociedad actual, a las corrupciones, es quizá cuando Simon nos muestra la política cuando tira más a la parte de crítica y denuncia, aunque lo haga de una manera superinteligente y con gran clase.

Porque si cuando retrataba a la policía y retrataba a las calles también metía mucho de denuncia social al menos perfilaba personajes que a su manera no dejaban de tener cierta moralidad, aquí ya esta escasea, escasea en prácticamente todos los niveles, y cuando no escasea el mensaje es todavía peor, durante las dos primeras temporadas sólo asoma el tema al mezclarse en una investigación sobre drogas el senador ‘Clay’ Davis (Isiah Whitlock, Jr.), también, aunque sin poner rostros, en las presiones que reciben los mandos policiales, Burrell, Rawls, Valchek y demás, todos ellos más preocupados por cumplir cifras como sea para lograr sus respectivos ascensos que de otra cosa, tras presentarnos la lucha bandas y el puerto de la ciudad llegamos a la tercera temporada, llegamos al ayuntamiento de Baltimore.

Ahí tenemos al alcalde, Clarence Royce (Glynn Turman), corrupto, putero, el típico alcalde que la pantalla suele mostrar cuando quiere que nos llegue lo peor de la política, lo único que importa es lo que llegue al votante, la imagen, los números, bajo el paraguas de la integridad y la moralidad, del trabajo por y para el pueblo, del servicio a la comunidad, de lo que siempre nos cuentan los políticos de todo el mundo, encontramos la mayor de las bajezas morales, detrás de él dos concejales para controlar la labor policial, ‘Tony’ Gray (Christopher Mann) y al gran protagonista de la historia esta, ‘Tommy’ Carcetti (Aidan Gillen de «Game of Thrones), estos están en la comisión de control policial y son los que exigen los números de detenciones y resoluciones de casos, disminución de violencia etc. a la policía, digo números porque eso es lo que importa, las estadísticas, si un asesinato no se denuncia ya no es un asesinato.

Resulta que el concejal Carcetti es blanco, blanco en una de esas ciudades de mayoría negra, su gran anhelo es ser alcalde, su gran virtud que realmente quiere arreglar las cosas, es un tío íntegro, comprometido con el pueblo, pero no cara a la galería, como el senador o el actual alcalde, no, este realmente quiere servir a sus ciudadanos, su gran problema, ese, que es blanco, como le responde su asesora de campaña cuando él le pregunta el por qué no puede ser alcalde, «simplemente porque tienes el color equivocado», así que nuestro íntegro candidato empieza a hacer pequeñas triquiñuelas para lograr su objetivo, como mentir a su colega y amigo Gray (este sí, negro) para que se presente y así dividir en lo posible el voto de esta comunidad.

Pequeñas cosas, necesarias como mal menor en pos de una meta tan altruista y generosa como es la suya, lo consigue, gana las primarias y gana las elecciones (esto último parecía cantado) y ahí comienza la gran crítica de Simon, la genial crítica de Simon, cuántas veces hemos oído eso de que «el poder corrompe», aquí no hay excepciones, pero la manera de contarnos la carrera de Carcetti al frente del ayuntamiento, el cómo sus metas al llegar se diluyen y acaba siendo casi una imagen de su antecesor es algo digno de ser recordado y digno de ser visto, porque te lo cuenta de una manera en la que no sólo entiendes los actos de Carcetti sino que incluso le disculpas, le comprendes, casi te dices que «no le queda más remedio».

No es el único íntegro que sale en esta historia, tenemos a Cedric Daniels (Lance Reddick, «Fringe» ), al que ya vimos en la comisaría, él fue el elegido para comandar la nueva división de crímenes especiales de la policía, con su pasado oscuro sí, pero honrado y trabajador, preocupado por resolver los casos (aunque al principio tuviera sus reparos ante las presiones que recibe de arriba), es más o menos el alma gemela de Carcetti, este obviamente se fija en él y logra darle la responsabilidad máxima, aunque sea compartida con algún hombre más o menos de paja, de la policía de Baltimore cuando llega a la alcaldía, este, al contrario que Caretti no cambia, o no lo hace suficientemente, su destino evidencia una realidad deprimente, o vives para el sistema o no tienes cabida en él.

Debo comentar algo acerca del senador Davis, resulta que Daniels está liado con Rhonda Pearlman (Deirdre Lovejoy), durante tiempo ésta, apoyada por un costoso trabajo policial, logra cimentar un caso de corrupción contra el senador, resuelto de una manera en la que Simon nos escupe a la cara, nos escupe dejándonos claro que por mucho que critiquemos el sistema político al final somos tan gilipollas que nos lo creemos, nos encanta que los políticos nos engañen y nos mientan, mientras repartan alguna migaja, migaja que no deja de salir de nuestro bolsillo, esta historia, la del juicio del senador, es de lo mejor de la serie, sin duda.

En este tema, la política, es donde Simon se muestra más «rabioso», quizá porque de todo lo que trata en «The Wire» es sin duda lo que menos le gusta, crítico habitual del sistema y de cómo este lucha contra la droga, sistema que definió como «equivocada, destructiva y deshumanizante», pero toda esta rabia y todo el buen hacer de David Simon ha dado como resultado también cosas curiosas, como la historia de Jón Gnarr, excomediante y puesto como alcalde de Reykjavik por los votantes de la ciudad como muestra de su desapego a la política tradicional, una de las primeras medidas anunciadas por Jón fue dejar claro que no haría pacto alguno con alguien que no se hubiera visto las cinco temporadas de «The Wire», tal excentricidad aparente lo deja de ser cuando ves la serie, cuando te das cuenta de lo que es, todo un tratado sociológico de la corrupción humana, una serie de ficción que muestra la realidad mejor que cualquier documental.

Antes de acabar me gustaría avisarte, si no me sentiría culpable, de que aquí, en esta entrada, hay multitud de «spoilers», ya sé que estas cosas se avisan antes, pero si te lo aviso no lo lees, discúlpame, al final comparado con los políticos esto no es nada, pequeñeces.

Ahora sí, posdata, Helloween, «Kill It», de «Gambling with the Devil»:

  1. winnie0
    19/04/2012 a las 06:28

    No conocía la serie y ahora tengo muchas ganas…Gracias y abrazos

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    • 19/04/2012 a las 07:10

      Me ha gustado hasta a mí que le he dado al botón de «me ha gustado» por inercia 😀

      Hazme caso, simplemente, la mejor.

      Besos.

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  2. 19/04/2012 a las 20:43

    niño.. me has dejado perpleja…. que quieres que te diga.. la corrupción humana radica en las mentes obtusas de las cuales los políticos (generalmente) ocupan un buen lugar en eso que yo creo es ausencia de toda ética y moral….

    niño estás sembrao siempre diossssssss

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    • 19/04/2012 a las 22:03

      Habrá de todo supongo, aquí lo hay, una vez que empiezas no paras, no sé, se me hace difícil explicar esta obra maestra, desde luego no he visto nada lejanamente parecido.

      Besucos reina.

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  3. 20/04/2012 a las 16:19

    Mi querido amigo, ¿cómo puedes sacar tanto de ahí?, tan ordenado, tan consistente. Yo sería incapaz de ver una serie de TV, salvo House (of course), y escribir dos líneas seguidas sobre la misma. Con House es distinto, es un autentico coach en eso del liderazgo, todo un ejemplo (a no seguir) muy práctico en mis asuntos.

    Dale poder a un hombre y será capaz de lo mejor y de lo peor, un clásico de la humanidad, un tópico enraizado en los más sublimes deseos que todos albergamos. Dios se equivocó.

    Un abrazo, jefe… ¿de verdad no hay sol?… al menos habrá aire.

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    • 20/04/2012 a las 19:34

      Juan, esta serie no es coparable con ninguna otra, es terriblemente densa, con varias historias entrecruzadas, de cada una sacaría material para unas cuantas entradas, tiene un ritmo totalmente distinto a «House» o «CSI», no hay comparación alguna, yo siempre pongo el mismo ejemplo, siendo ficción estoy seguro que retrata la sociedad actual mucho mejor que cualquier documental, pero encima es entretenida de cojones, con escenas acojonantes, no sé, perfecta, LA serie, está «The Wire» y está el resto.

      Aire y lluvia la que desees, van a abrir hasta los pantantos, estamos ahogaditos 😀

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  1. 19/04/2012 a las 07:20
  2. 19/04/2012 a las 07:21
  3. 26/04/2012 a las 18:12
  4. 08/05/2012 a las 00:21
  5. 28/08/2013 a las 00:03

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